Reseña y crónica de partida de Dieci9 (Ysystem)... o cómo Eduardo Rodríguez lo ha vuelto a hacer

Muy buenas, supervivientes del rol,

El pasado jueves 28 de septiembre pude colaborar en el testeo de Dieci9, el último one shot para Ysystem de Eduardo Rodríguez Herrera (Días aciagos, Go to Hell, La ira de los cándidos). Este está siendo un testeo largo y concienzudo, porque lo que tenemos entre manos es una joya rolera, un diamante de extraordinaria pureza que debe ser tallado y pulido con todo el mimo del mundo. Dieci9 surgió de un sueño de la compañera de Eduardo, y este tomó esa idea (ya convertida en premisa) y la desarrolló hasta alumbrar una historia apabullante y de una fuerza colosal. Yo pude disfrutar de Dieci9 como jugador, aportando entonces mi punto de vista y algunas recomendaciones concretas, y ahora lo he hecho como DJ, lo que me ha permitido completar mi visión de este one shot duro y maravilloso y extraer algunas nuevas propuestas (que también he recogido de los fenomenales jugadores con los que he contado: Neli, «Furu», «Fomor» e Ismael). En resumen, que todos somos conscientes de que tenemos entre manos una de esas historias que pueden convertirse en inolvidables, exactamente al mismo nivel que las otras creaciones de Edu que ya están publicadas. Os aseguro que Walhalla Ediciones (y en particular yo mismo) va a cuidar de este escenario hasta en su más mínimo detalle, al igual que ya estoy haciendo con HOPE.

¿Y por qué toda esa atención, esa ilusión y ese esfuerzo? Bueno, pues porque... Eduardo lo ha vuelto a hacer. El tío cabrón lo ha vuelto a hacer: ha vuelto a parir una obra maestra muy de su estilo, que es el terror o el suspense, en ocasiones con tintes sobrenaturales, unido a dilemas morales y personales extremos. Y todo esto sin caer en artificios ni efectismos baratos, lo que, en mi opinión, le convierte en el mejor autor rolero de esos géneros que yo conozca, ya sea dentro o fuera de España. Lo que Eduardo ya ha conseguido con La ira de los cándidos o con Go to Hell, por ejemplo, y lo que está consiguiendo con Dieci9 o El quinto legado (de esta última ya hablaré en otro post), creo de verdad que no tiene parangón en nuestro mundillo.

Pero... ¿de qué va Dieci9? ¿Por qué me parece tan especial?

Agarraos los machos porque la premisa tiene tela:

En torno al año 2025-2030 se producen en el mundo los primeros casos de jóvenes que pierden la cordura y enloquecen una vez cumplen los diecinueve años. Los afectados, al principio un exiguo porcentaje de todos los que alcanzan esa edad, presentan conductas incompatibles con la «vida civilizada», tales como canibalismo, automutilaciones, agresividad extrema, oposición a cualquier norma o jerarquía social, alucinaciones...

Entre 2030 y 2040 los casos aumentan exponencialmente. Los sistemas sanitario y represivo comienzan a colapsar en todo el planeta. Poco después lo empezarán a hacer el resto de dimensiones de la sociedad (económica, política, cultural...). Para 2045, la práctica totalidad de los jóvenes desarrolla la nueva y terrible dolencia, que ya se conoce como «mal de la desolación», durante el año natural en el que cumplen los diecinueve años. En consecuencia, el mundo se enfrenta al mayor reto de su historia. Entre otras cosas, la población va mermando de forma significativa, ya que el aumento del número de casos produce una bajada drástica de la natalidad. Para 2050, la población que no sufre el «mal de la desolación» envejece perceptiblemente, mientras que los «alienados» son cada vez más difíciles de controlar. La tasa bruta de natalidad continúa descendiendo hasta niveles que rozan el cero.

Ante la extrema situación que vive la humanidad, en 2064 la ONU adopta un acuerdo sin precedentes por el que se establece la eutanasia obligatoria a los diecinueve años. Es el llamado «Acuerdo del 64». No obstante, los enfrentamientos entre los partidarios y los detractores del tratado provocan el colapso terminal de una sociedad abocada a un fin inminente. El Acuerdo del 64 fracasa, y el desorden y el caos mundial caracterizan las décadas siguientes.

Por fin, en 2084, y ante la inminente extinción del ser humano tal y como lo conocemos, los últimos hombres y mujeres no afectados por el «mal de la desolación» deciden fortificar reductos, generalmente en entornos rurales caracterizados por una elevada fertilidad, y establecer un nuevo orden basado en la recuperación del Acuerdo del 64 a pequeña escala. Se alzan muros y murallas y se establecen los cimientos de una sociedad que debe adaptarse a una esperanza de vida de diecinueve años.

En la actualidad (año 2147), los últimos Sabios ancianos son ya solo un recuerdo, pues murieron hace décadas. Pero, contra todo pronóstico, las microsociedades basadas en el Acuerdo del 64 han logrado sobrevivir. La fortificación de las aldeas y el precepto fundamental del Acuerdo han permitido que la «población civilizada» resista. La organización social se ha adaptado a las circunstancias y un halo de esperanza resurge en estos aislados enclaves. Los Sabios quisieron denominar a esta época «El Renacer», un apelativo que encaja a la perfección con una filosofía de vida basada en el regreso a las raíces de la sociedad humana. En esta nueva manera de interpretar la vida, el concepto de «comunidad» ha tomado las riendas del mundo y el reparto del trabajo y la propiedad entre sus miembros constituye el rasgo más destacable del nuevo estilo de vida. La agricultura y la ganadería monopolizan casi todas las ocupaciones y constituyen las principales fuentes de recursos, aunque, al mismo tiempo, se han recuperado muchos oficios artesanos, como los de los curtidores, los tejedores, los panaderos, los matarifes, los toneleros o los carpinteros.

Los Sabios legaron a las aldeas el conocimiento sobre el uso de algunas energías renovables, así como los pilares culturales básicos a través de pequeñas bibliotecas de fondos seleccionados con esmero y el instrumental necesario para que los sanadores pudiesen realizar su trabajo. El mundo digital ha desaparecido prácticamente. Los niños son educados en un oficio desde que nacen. A los siete años ya deben estar desempeñando su trabajo. A los doce o trece, son emparejados en la esperanza de que sean fértiles y todo lo prolíficos que se pueda (dadas las circunstancias). Finalmente, a los diecinueve años, son llamados al «Rito del renacido».

Ains, el Rito del renacido... 😅

El Acuerdo del 64 dejaba claro que todo ser humano que cumpliera diecinueve años debía ser sometido a una eutanasia obligatoria. Este precepto se ha convertido hoy en una ceremonia cargada de significado que se celebra cada ciclo lunar en todas las poblaciones del «mundo civilizado». El primer día de luna llena, los hombres y mujeres que han cumplido diecinueve años durante el último ciclo lunar celebran y protagonizan el Rito del renacido. Se trata de un ritual en el que ponen fin a su vida de la forma en la que prefieran (que habrán comunicado antes a su comunidad). La ceremonia se lleva a cabo de noche, en un lugar casi sagrado determinado en cada aldea, y debe ser motivo de fiesta y alegría. Es el culmen del compromiso de los hombres y las mujeres con sus iguales. Es la forma de asegurar que la «sociedad civilizada» continúa existiendo.

Así lo expresaron los Sabios y así debe hacerse.

 

Pues ya está, no os cuento más. Y eso que hay mucho más que contar, porque Guillermo González «Fomor» quedó tan hypeado con Dieci9 y tiene la cabeza tan bien amueblada que de inmediato se le ocurrió todo un escenario de campaña a partir del one shot, y me consta que ya está trabajando en ello. Ya hablaremos de eso más adelante 😃

Sin más, os dejo con algunas fotitos del testeo realizado en el Club Dragom, y confío en que no os pille el «mal de la desolación» (que es una cosa mu shunga).

¡Nos leemos!

Fichas beta de algunos de los cuatro PJ pregenerados protagonistas de este memorable escenario

Jugamos Ismael, «Fomor», servidor, «Furu» y Neli (que siempre hace las fotos y raramente sale, la jodía)

Qué bien me lo pasé dirigiendo esta historia 😉

Mapita que me improvisé al comienzo de la partida (tranquis que no es ningún spoiler; la aventura arranca así)

Gesticos habituales...