Una cosa que tengo que admitir es que soy bastante cagueta. Soy de los que apagan la luz de una habitación y se imaginan que va a salir alguien a perseguirlo. De los que van por la noche por una calle desierta y empiezan a ver reflejos de gente en las ventanas. Con las películas no me pasa, y con los libros menos. Es cuando me pongo en el pellejo de los personajes y me imagino en una situación parecida cuando me toca dormir con una lucecita encendida.
Pues bien, mi familia por parte de madre es de un pueblo llamado Benassal, en la provincia de Castellón. ¿Que no habéis estado? ¡Pues muy mal! Si sois de la zona, ya estáis tardando. Y si no sois de por allí, desde aquí os digo que el Maestrazgo es una maravilla que tenéis que ver. Bueno, me dejo de publicidad. Lo que quería contaros es que mis tíos se hicieron cargo de un hotel llamado La Castellana, inaugurado en 1929 y de estilo Art Nouveau. Es una preciosidad de hotel, construido en una época en la que la zona experimentó su momento más álgido de ocupación y turismo gracias al agua de la Fuente de Segures, de la que se conocen propiedades medicinales desde 1828. Muchos de los edificios de la zona son una ventana a otra época, una que ahora está empezando a regresar gracias al turismo rural y al dinero invertido en las distintas renovaciones.
Antes de que empezaran las obras en el hotel, recuerdo que acompañé a mi tío por las instalaciones, que no llevaban mucho tiempo cerradas. Sin embargo, la parte que había seguido usándose todos estos años era la más cercana a la entrada. Siendo un edificio alargado con la entrada en uno de los extremos, la planta superior era un pasillo imposiblemente largo con habitaciones a cada lado. A medida que avanzabas por el pasillo, llegabas a habitaciones clausuradas, algunas que se usaban como trastero y otras que no habían sido habitadas durante décadas, con decrépitos muebles de los años 30 y muchas cosas de los anteriores dueños, todas abandonadas. Estaba enseñándome qué paredes iban a tirar, dónde irían las nuevas habitaciones y cómo iban a hacer las obras. Pero claro, lo que yo estaba pensando era “no me gustaría estar aquí solo y de noche”.
Supongo que muchos de vosotros habréis tenido esa misma revelación. Ese momento en el que lees una noticia en Internet, o ves una película interesante o te cuentan una anécdota llamativa y dices “tengo que hacer una aventura de esto”. Eso hice yo en aquel momento, y me guardé la imagen de las habitaciones abandonadas en ese edificio de los años 30 para más adelante.
¡Por cierto, las obras del hotel quedaron de maravilla, y ya estáis tardando en visitarlo!
A la hora de dirigir juegos de rol, casi siempre acabo en el terreno de la fantasía heroica. No por nada empecé mis andanzas con D&D, y creo que tu primera partida siempre te marca. Mi primera experiencia con juegos de terror fue como jugador con La Llamada de Cthulhu. No tardamos en meternos en vereda con Las Máscaras de Nyarlathotep, y pronto me di cuenta de que las experiencias de la campaña no tenían mucho que ver con las de aquella primera partida de una única sesión. Posteriormente acabé dirigiendo Más Allá de las Montañas de la Locura, que fue para mí toda una revelación, sobre todo a la hora de mantener la tensión a lo largo de muchas sesiones.
Hace unos cuantos años, en una de esas sesiones semanales en las que falta alguien y te quedas un poco colgado, decidí lanzarme a dirigir Hitos (que acababa de adquirir) y hacer una partida de una casa encantada, intentando emular la experiencia de pasear por el hotel con las habitaciones abandonadas. Tampoco llegamos a jugar esa semana, así que me vi con más tiempo para preparar lo que pensaba que iba a ser una única sesión. Primero empecé con un plano de la casa, que acabó dando pie a un mapa de la zona, a unas cuantas fotos adaptadas a la ambientación y finalmente a la redacción de cartas y documentos para los jugadores (“desbloquear papelitos”, como lo llama alguno de mis jugadores).
Buena suerte descifrando lo que pone |
El retorcido mundo de las imágenes descargadas de Internet |
Lo que iba a ser una simple partida de sustos en una casa abandonada acabó transformándose en otra cosa mucho más completa. Retrocedí en el pasado de la casa, añadiendo cada vez más cosas, hasta que acabamos jugando durante cinco o seis sesiones. Una cosa que hice antes de dirigirla fue hacer un recuento de las cosas que me darían miedo a mí si me quedase en esa casa (que no eran pocas), e intentar reproducir esas escenas durante la partida. No voy a decir que los asusté, pero por lo menos he conseguido que me lo recuerden durante mucho tiempo.
Casi un año después comenzamos a quedar los miembros de la Tapadera regularmente en mi casa. Era la primera vez que les dirigía, y como me habían dicho que normalmente jugaban a Hitos, decidí dirigir esta aventura de nuevo. Nunca me había preparado tanto material para una partida y quería aprovecharlo de nuevo. Además, los jugadores de aquella primera vez solían hablar de la partida a menudo. Javier, uno de mis habituales, incluso había tomado prestados mis apuntes para dirigirla por su cuenta, con resultados igual de buenos. Así que, puestos a dirigir de nuevo, aproveché para redactar más notas y escenas nuevas y depurar un poco más el material. También añadí algún detalle nuevo de atrezzo, como las tarjetas de identificación.
Los jugadores suelen tener mejor letras, pero sus personajes no |
Tranquilos, no hay spoilers |
La partida volvió a ser un éxito. No recuerdo cuántas sesiones duró, y por desgracia no tengo fotos (Jesús todavía estaba tímido con la cámara por aquel entonces), pero fue uno de esos momentos en los que el DJ se puede dar por satisfecho.
Han pasado ya algunos años desde entonces, y las tres mesas de juego que han probado la aventura me han dado mucho feedback sobre la misma. La primera iteración de la aventura tenía un problema con su recta final. Me podía mi pasión por las pelis de acción y se perdía todo el ambiente creado al principio. Había una escena en un teleférico que, aunque creo que resultaba divertida, no veréis en el producto final. He podido dejar madurar la aventura y ver qué cosas funcionaban y qué cosas no. Me encanta el mundo del cine, últimamente estoy viendo muchos documentales sobre la gestación de películas, y una de las cosas que siempre me ha llamado la atención son las “audiencias de prueba”. Le ponen la película a un grupo variado de personas y luego le preguntan si les ha gustado o no. Es por eso que a veces se vuelve a reunir a los actores para grabar escenas nuevas, en base a lo que se ha dicho en esos pases preliminares. En este caso, me planteo esta aventura como una película o una mini-serie, y cuando toda tu audiencia está de acuerdo en su crítica, sería absurdo no hacer caso.
Además del final de película de acción mala, otra cosa que fallaba era la relación con los mitos de Cthulhu. Tal y como está ocurriendo mucho últimamente en juegos de mesa y en algunos de rol, le había plantado un tentáculo al final de la aventura y ya lo consideraba «lovecraftiano». No pegaba ni con cola. Eso era algo que siempre había querido cambiar por algo que tuviera más relación con la zona en la que se desarrollaba la acción o con el pasado de la casa. Le dí muchas vueltas a estos cambios, tomaba notas esporádicas de cosas que quería añadir y a veces regresaba al documento para cambiarlo. Sin embargo, el trabajo normal apenas deja tiempo para estas cosas, y al final acabé escribiendo otras aventuras distintas. Algunas ya las habréis leído (como Movie Night), o se han financiado con éxito (como La Siniestra Fortaleza de Bahía Espinosa), y otras están en preparación (básicamente la campaña Danelagen, mi magnum opus, de la que empezaré a hablaros muy pronto), y no deja de resultarme estimulante poder aplicar tanto la ilustración como la escritura a los juegos de rol, mi gran pasión. Sin embargo, Misterios Ocultos, una de mis favoritas, seguía guardada en las carpetas de mi ordenador.
Finalmente, hace un par de meses, tuvo su oportunidad. Los chicos de Ediciones T&T, los mismos que me publicaron La Siniestra Fortaleza de Bahía Espinosa, querían que colaborase con ellos para escribir una aventura para Ragnarok tercera edición. Tenían algunos requisitos sobre la misma y parecían caídos del cielo, porque Misterios Ocultos los cumplía todos. Todos esos cambios que quería hacerle a la aventura empezaron a encajar en cuanto me estudié el trasfondo de Ragnarok. La adaptación fue coser y cantar, quitando las partes que no funcionaban y añadiendo las que necesitaba, que además eran puramente Ragnarok. Ahora mismo estoy dándole los últimos retoques al texto, aplicando todo lo que he aprendido en estos años. Y no os podéis imaginar lo orgulloso que estoy.
Una cosa que no veréis en la aventura serán mis ilustraciones, y creo que para mejor. Aunque siempre he querido dibujar algo para la misma, mi estilo va por otros derroteros y no creo que pegase mucho. Va ser Jorge M. Meana el que ilustre la casa en la que se va a desarrollar casi toda la aventura, y por los primeros bocetos que se han mostrado, es evidente que la parte artística está en buenas manos. De hecho, ver mi texto representado por otra persona hace que cobre una nueva dimensión, mostrando cosas que a mí puede que no se me hubieran ocurrido. Estoy deseando ver cómo quedan el resto de ilustraciones.
Con la campaña tan cerquita, estoy lleno de ilusión y ganas por conseguir que tengáis en vuestras manos la mejor versión de esta aventura posible, y que pueda medirse como igual junto a las que ya se han publicado para esta edición, como Krampusnacht, Pryroda Zvira o JOB 41.1, que acaba de llegar a tiendas. ¡A ver si lo conseguimos!
Seguro que sale adelante, Jorge! La campaña es buenísima y no es muy larga, seguro que mucha gente la va a disfrutar igual que nosotros en su día. Me alegro mucho, eres un crack!
ResponderEliminarMagnífica entrada! Voy de cabeza al CF este, porque la AVENTURACA lo merece de veras!!!
ResponderEliminarEnhorabuena, Jorge. Una aventura excepcional.
ResponderEliminarVamos a estar todos ahí, empujando al máximo. El recuerdo de esa aventura es fantástico y seguro que ahora mismo, después de tantas mejoras, tiene que ser sublime.
ResponderEliminarPues la verdad es que tiene una pintaza increíble. Mucha suerte con la campaña y cuenta con mi apoyo :D
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Carlos!
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