Esta entrada es el resultado más obvio de un viaje realizado en fechas recientes a la región del centro-noroeste de Italia. Doy públicamente las gracias a los señores Chianti y Prosecco por inspirarme a la hora de garabatear cosas en mi cuaderno de apuntes roleros mientras cumplía con el riguroso programa de visitas culturales y artísticas preestablecido.
Las siguientes cuatro semillas de aventura han sido especialmente pensadas para sistemas genéricos tipo
Hitos,
Fate o
Savage Worlds, aunque alguna en concreto casa bien con
Aquelarre y su particular versión del BRP. Sus títulos son
Lágrimas de mármol,
El cincel maldito,
Las partituras del maestro y
Las otras llagas de Catalina. A mí la que más me gusta es esta última, pero creo que también se puede sacar buen partido a las otras tres.
Espero que os resulten útiles ;-)
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La Toscana, con esa mezcla suya particular de paisaje e historia, es un entorno perfecto para aventuras roleras |
Semilla de aventura 1:
LÁGRIMAS DE MÁRMOL
AMBIENTACIÓN: Histórica medieval-renacentista.
GÉNERO: Búsqueda de un objetivo, infiltración y acción.
TRAMA: Ciudad de Lucca, primeros años del siglo XV.
Hace apenas dos primaveras que el ilustre Paolo Guinigi, miembro destacado de la dinastía que gobierna la localidad desde hace décadas, contrajo matrimonio con la hermosa Illaria del Carretto. Desde su mismo enlace, la pareja ha sido la viva imagen del amor y la fidelidad conyugal. Por desgracia, todas las bendiciones que hasta el momento le había concedido Dios le han sido ahora trágicamente arrebatadas: a sus 27 años de edad, la noble Illaria no ha sido capaz de sobrevivir a su segundo parto y yace muerta, para desolación de Paolo. Este, enloquecido de dolor, solo piensa en dedicar a su difunta esposa el más sublime monumento funerario que la mano del hombre pueda llevar a cabo.
Los PJ son gente de confianza de Paolo, ya se trate de secretarios, antiguas damas de compañía de Illaria (ahora desocupadas), soldados de su guardia personal, viejos sirvientes, administradores de rentas, etc. Como es obvio, han vivido de cerca la tragedia de Paolo, el cual les reúne para comunicarles su deseo de que el gran escultor sienés Jacopo della Quercia sea quien realice el monumento funerario de Illaria. La misión de los PJ parece sencilla: viajar a Siena (6 días de trayecto solo de ida) y volver con el artista para que se haga cargo del trabajo cuanto antes. El dinero no es ningún problema, aunque el viaje sí, pues los caminos están repletos de peligros. Además, en Siena los PJ se toparán con una desagradable sorpresa: Jacopo es un tipo pagado de sí mismo al que literalmente habrá que secuestrar para lograr que abandone sus actuales proyectos y se embarque en uno nuevo "a petición" de los Guinigi. Y claro, en Siena también hay poderosas familias (
muy poderosas, de hecho) interesadas en que Jacopo termine las obras que tiene empezadas por encargo suyo...
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Los PJ debieron de tener éxito, porque Jacopo della Quercia efectivamente realizó el que tal vez sea el más hermoso monumento funerario del mundo |
Semilla de aventura 2:
EL CINCEL MALDITO
AMBIENTACIÓN: Siglo XV de tipo renacentista-fantástico.
GÉNERO: Carrera contrarreloj, búsqueda y acción.
TRAMA: Florencia, primer lustro del siglo XVI.
Miguel Ángel acaba de terminar su David, una escultura que ni los antiguos griegos o romanos podrían superar. Toda la ciudad está perpleja ante la rotunda y fiera belleza de la obra, cuya existencia está empezando a ser conocida ya fuera de Toscana.
Entre aclamaciones y homenajes sin fin, Miguel Ángel invita un día a sus amigos los PJ a una opípara comida. A su término, les muestra el cincel con el que ha esculpido las partes fundamentales de su David. Se trata de una herramienta hermosa y extraña, con unos símbolos misteriosos grabados en su superficie. Los PJ pueden admirar o tocar el cincel todo lo que quieran, pero Miguel Ángel no responderá con claridad a ninguna pregunta acerca de su naturaleza u origen, diciendo simplemente que lo tenía de antiguo. Para sorpresa de los PJ, el genial florentino añadirá que ahora se quiere deshacer del cincel, pues no desea "
que ningún otro bloque de mármol pueda ser trabajado con la misma herramienta". Pide por favor a los PJ que lo arrojen al fondo del Arno, el río que cruza la ciudad, cosa que él personalmente prefiere no hacer porque desde que ha terminado el David es objeto de una constante y enfermiza atención y prefiere que nadie le vea haciendo cosas extrañas o fáciles de malinterpretar.
Tras su encuentro con Miguel Ángel, los PJ pueden hacer lo que les parezca, es decir, quedarse con el cincel en lugar de arrojarlo al Arno o hacer caso al artista y tratar de deshacerse de la herramienta. Sin embargo, pronto comprobarán que el resultado es exactamente el mismo, pues... ¡se acaban de convertir en los poseedores perpetuos del cincel! Por más que lo abandonen, lo arrojen o lo traten de regalar (y nadie lo querrá, por cierto), el cincel reaparece mágicamente en poder de los PJ unos minutos después, ya sea en alguno de los bolsillos o zurrones que lleven o descansando tranquilamente sobre la mesa de cualquiera de los PJ en cuanto vuelvan a casa.
Al principio, todo puede y debe de parecer el fruto de un despiste propio o incluso de alguna extraña conspiración en contra de los PJ, pero antes o después quedará claro que el cincel está embrujado. No hay forma de deshacerse de él, y si tratan de destruirlo o fundirlo el resultado es el mismo: al poco tiempo, alguno de los PJ se percata con horror de que lo sigue teniendo en su poder.
Pero no es solo eso: el cincel, además, trae mala suerte. Y es una mala suerte
creciente en intensidad y en mal fario. El infortunio se muestra de multitud de formas: accidentes, confusiones, peleas, acusaciones varias, etc. La relación entre el cincel y la recién adquirida mala suerte de los PJ debe terminar siendo evidente, así como la necesidad de librarse de la peculiar maldición de la que son objeto. Por supuesto, la única salida consiste en volver a hablar con Miguel Ángel antes o después, lo cual no tiene por qué resultar tan sencillo.
Una vez los PJ consigan encontrarse de nuevo con el autor del David y pedirle explicaciones, este se disculpará con ellos, reconocerá saber más del asunto y les narrará una increíble historia: al parecer, justo antes de acometer la realización del David, una anciana misteriosa le ofreció el cincel a Miguel Ángel asegurándole que era mágico y que solo con él se podría crear la escultura más maravillosa vista entre la Creación y el Apocalipsis. Eso sí, el cincel solo podía usarse en la realización de una sola obra, o de lo contrario una terrible maldición caería sobre su poseedor. Nada dijo la vieja de la manera de desprenderse de él, y desde luego Miguel Ángel nunca ha tenido intención de volver a usar la herramienta. La única solución, por tanto, es buscar a la anciana cuanto antes y pedir que les ayude, o que por lo menos les aclare lo que está pasando. Miguel Ángel solo puede decir de ella que se la encontró en la calle cuando estaba a punto de cruzar el Ponte Vecchio desde la ribera norte y que desde entonces no la ha vuelto a ver. No sabe ni siquiera su nombre, aunque la puede describir perfectamente y ofrecer de ella un detalle que la hace inconfundible: era tuerta, y su ojo sano tenía un iris de un celeste portentoso.
Los PJ deben emprender la búsqueda de la misteriosa vieja mientras la mala suerte se va convirtiendo en algo cada vez más y más amenazante. Con suerte, al final descubrirán que la anciana no es otra cosa que una poderosa hechicera que embrujó el cincel para obligar a Miguel Ángel a buscarla una vez concluido su trabajo y entregarle todo su dinero a cambio de ser liberado de la maldición. Con lo que no contaba la vieja era precisamente con los PJ, que una vez la hallen (no tiene por qué resultar fácil) habrán de acabar con ella si quieren escapar a la terrible mala suerte que los persigue. Claro que la hechicera tiene sus armas, y quizás también sus guardianes...
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Solo la magia puede explicar la realización de una obra así... ¿o no? |
Semilla de aventura 3:
LAS PARTITURAS DEL MAESTRO
AMBIENTACIÓN: Histórica-realista de la segunda mitad del siglo XIX (tipo
Cthulhu by Gaslight).
GÉNERO: Interacción social con investigación y pequeñas dosis de acción.
TRAMA: Lucca, año 1888. Los PJ son buenos amigos del músico Giacomo Puccini, un compositor que cosechó cierto éxito hace cuatro años con su primera ópera,
Le Vili, y que está trabajando duramente en la finalización de la segunda,
Edgar. Puccini vive en una casa cómoda pero no lujosa en el centro de la ciudad. Es un personaje controvertido, del que se rumorea que mantiene un
affaire con Elvira Bonturi, la mujer del acaudalado farmaceútico de Lucca, Narciso Gemignani. Además, es tratado como un arribista por buena parte de la aristocracia de la ciudad, que detesta a los librepensadores como Puccini y sus amigos, entre los que se cuentan los PJ.
Los PJ suelen coincidir con Puccini en espacios sociales comunes, tales como cafés, teatros y bibliotecas, y al menos uno de ellos es su amigo íntimo. A veces se van de excursión todos juntos a la campiña cercana o a los Alpes Apuanos, aunque Puccini no es muy amigo del esfuerzo físico. En general todos tienen en gran estima al compositor y saben que llegará lejos porque en su interior alberga un verdadero genio musical.
Un frío día de enero, Puccini acude visiblemente alterado al café en el que se suele encontrar con los PJ: ¡la mayor parte de las partituras de
Edgar acaban de ser robadas! El compositor explica atropelladamente que estuvo en su casa toda la mañana y solo salió para comer con un organista conocido suyo; al volver, se ha encontrado con un considerable desorden y la terrible ausencia de más de la mitad de las partituras de su nueva ópera (en concreto, todas las que tenía guardadas en el escritorio principal).
Puccini tiene un miedo atroz a que alguien pueda hacer desaparecer el trabajo continuado de varios años, y no quiere ni oír hablar de llamar a la policía, con la que ha tenido algún pequeño encontronazo en el pasado. Por ello, ruega a los PJ que le ayuden, ya que él no es precisamente un hombre de acción. Los PJ, en resumen, han de investigar el hurto.
La casa de Puccini y sus alrededores pueden ofrecer las siguientes pistas:
- Un vecino, un tendero o el criado de una familia acomodada que vive en la primera planta ha visto a tres tipos sospechosos que salían a toda prisa del edificio en el que reside el músico con un gran cartapacio de cartón (se trata de un cartapacio que también ha desaparecido, como puede corroborar Puccini). El interlocutor de los PJ puede ofrecer una descripción física aproximada de los tres tipos.
- En la habitación de Puccini se halla un sombrero que no es del compositor. Sin duda, uno de los tres asaltantes se lo ha dejado allí, lo que denota no solo precipitación, sino falta de profesionalidad. El sombrero es extremadamente sencillo (por ejemplo, una boina), y no casa mucho con una persona a la que le pueda interesar la ópera.
- Un examen a fondo de la estancia en compañía del compositor (más alguna tirada oportuna) revela que no es solo que se hayan llevado la mayor parte de las partituras de Edgar, sino que han robado todo lo que han visto que tuviese notación musical, sin un propósito muy claro.
Con el dato del cartapacio, pueden ir preguntando por la calle a tenderos, quiosqueros o camareros acerca de tres tipos con un cartapacio de esas características. El rastro está fresco, pues no hace ni una hora que han salido de la casa, y con varias tiradas los PJ pueden ir encontrando personas que hayan visto al peculiar trío. La pista dirige hasta un extremo de la ciudad, en concreto hasta las inmediaciones de la opulenta casa de... ¡Narciso Gemignani (el marido burlado de Elvira Bonturi, amante de Puccini)!
En este punto, las cosas parecerán estar muy claras: Gemignani ha mandado a algunos de sus criados o personas de confianza a dar una lección a Puccini o directamente a robarle las partituras, a saber con qué intención. Sin embargo, no es todo tan sencillo, pues Narciso (cuya mujer está a punto de abandonarlo para irse con Puccini) no sabe nada del tema. Sucede que acaba de echar de su mansión a tres de sus criados y mozos de cuerda, harto de sus torpezas y constantes sisas, y estos, por congraciarse con su antiguo amo y lograr ser readmitidos en la casa, han decidido brindarle las partituras de Puccini como regalo, suponiendo que Narciso estará encantado de que el músico sufra su pérdida. Este plan estúpido ni siquiera ha llegado a conocimiento del marido de Elvira Bonturi, pues el mayordomo de la casa, Carlo, se ha enterado del asunto y acaba de expulsar a los tres ladrones con cajas destempladas. Esto ha pasado hace apenas cuarenta minutos, aunque los personajes no tienen manera de saberlo a no ser que se entrevisten en privado con Carlo. Lo más probable, sin embargo, es que antes traten de hablar con Narciso y se origine una conversación bastante tensa y llena de equívocos. Por cierto: a Puccini le flaquearán las fuerzas y se negará a entrar en casa de Narciso Gemignani, de modo que los PJ deben arreglar esto solos.
Sea como fuere, la aventura debe culminar con una persecución tras los tres ladrones, que llevan en su poder el valioso cartapacio. Los tipos han decidido poner pies en polvorosa (son rápidos) y pasarse una temporadita en la aldea de la que procede uno de ellos, al norte de Lucca, en las primeras estribaciones de los Alpes Apuanos, un entorno tan feraz como peligroso...
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Gracias a los PJ, su amigo Puccini pudo terminar su ópera Edgar, con la que cosechó un fabuloso éxito mundial.
Más o menos al mismo tiempo comenzaría a vivir con su inseparable compañera, Elvira Bonturi. |
Semilla de aventura 4:
LAS OTRAS LLAGAS DE CATALINA
AMBIENTACIÓN: Baja Edad Media con pinceladas sobrenaturales.
GÉNERO:
Survival sancti-horror.
TRAMA: Florencia, junio de 1378. Los PJ forman parte de la "Hermosa Brigada" o "Pobre Familia de la Dulce Verdad", el grupito de discípulos que acompaña constantemente a la joven y carismática monja de la tercera Orden de Santo Domingo Catalina de Benincasa-Puccio (futura santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa). A la "Hermosa Brigada" pertenecen hombres y mujeres de muy diversa condición: políticos, artistas, nobles, campesinos, sacerdotes, artesanos e incluso algún mendigo, todos los cuales (peyorativamente llamados "catalinianos") actúan como ayudantes e incluso como secretarios de Catalina en sus muchas misiones de paz. El grupo suele vivir de la hospitalidad de los poderosos de cada lugar, muchos deslumbrados por las palabras de la monja en cuanto entablan conversación con ella.
Los últimos cuatro años han sido muy movidos, con viajes constantes en los que Catalina ha actuado como mediadora de paz entre los papas Gregorio XI y Urbano VI y varias ciudades en continua lucha con el Estado pontificio, en especial Florencia.
Es la tercera vez que Catalina y su "Hermosa Brigada" visitan Florencia, siendo acogidos en principio con gran respeto. Catalina se ha estado dedicando a exhortar a varios prestigiosos ciudadanos de la urbe a reconciliarse con el Pontífice. Dirigidos hábilmente por el noble Nicolás Soderini, los güelfos de la ciudad (es decir, los que apoyan al Papa) han aprovechado la visita de Catalina para hacerse con el poder municipal y desplazar a los gibelinos (los que apoyan al emperador del Sacro-Imperio frente al Papa). Por desgracia, las nuevas medidas de los güelfos de Nicolás Soderini han menudo han consistido en viles ajustes de cuentas con los gibelinos. Parece haberse abierto la veda de las venganzas personales y los intereses espurios, y lo peor es que se atribuye la culpa de ello a la misma Catalina y a su "Hermosa Brigada".
Todo estalla el 22 de junio con el "Tumulto de los
ciompi". Los
ciompi son cardadores de lana prácticamente indigentes afectados por algunas de las nuevas medidas de los güelfos. Florencia está ahora mismo a merced de la anarquía y el terror. Nadie es capaz de detener la violencia o hacer entrar en razón a la multitud enfurecida, y Catalina menos que nadie. Los insurgentes gritan "
¡Abajo el hipócrita Nicolás y su santa Catalina!". Tanto la monja como su "Hermosa Brigada" (los PJ) corren un grave peligro.
La huida se impone como única solución. Nadie se atreve a dar hospitalidad a Catalina y a sus seguidores salvo los buenos camaldulenses del monasterio de Vallombrosa, pero llegar hasta allí será toda una odisea que requerirá de lucha, astucia, exploración y habilidades sociales. Además, en cualquier momento la monja puede sufrir arrebatos místicos o se le pueden aparecer los estigmas del Crucificado...
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Catalina de Siena escapó con vida de Florencia por los pelos (como los que se rapó de niña para consagrarse a Dios) |