Mi nombre es Isabel Rísquez Navajas, soy maestra y cuento historias. En la madrugada del 21 de julio de 2018, después de batallar durante una tarde entera contra zombies en Rokugan (4ª edición), me escribió César Sánchez Ortiz para decirme que no aceptaba un no por respuesta y que yo (una simple opositora) iba a presentar una comunicación sobre rol en el aula durante las Jornadas en homenaje a nuestro querido maestro Pedro C. Cerrillo Torremocha.
No sabía de dónde salía todo aquello: yo solo pretendía ir al homenaje del maestro para darle un último adiós y, siendo sinceros, tampoco sabía a qué se refería César con "una comunicación"... Hasta que me dio a entender que había visto la foto que esa misma tarde había subido del Bestiario Al-Ándalus (del suplemento añejo de la JOC de Aquelarre). En ese mismo momento, por otra conversación simultánea, estaba mi padre comentándome (también sin contexto ninguno) que no era “alacrán”, sino “alicante”. Comprenderéis que bastante me estaba costando ya seguirle la conversación al primero, como para entender al segundo, pero, por extraño que parezca, ambos me hablaban de la misma foto... solo que a mi padre le comenté que no tengo confianza con Antonio Polo como para decirle que un recopilador de tradiciones orales no está de acuerdo con la transcripción del refrán que aparece en esa portada. Y bueno, la cuestión es que al final me explicaron en qué consistía la tal "comunicación" y qué estructura debía seguir, que no era otra que "la que yo quisiera". Eso no ayuda mucho a una histérica como yo.
Aquí la culpable de todo... |
De esta manera, después de varios meses y unos cuantos simulacros, llegó el momento de partir a mi segunda casa, el Centro de Estudios de Promoción de la Literatura Infantil (CEPLI) situado en la Universidad de Cuenca. Llegué el día anterior al comienzo de las Jornadas La palabra y la memoria, y conforme solté las cosas en el hostal situado en la avenida de debajo de la facultad, subí la cuesta que durante 15 días de aquel mágico verano de 2012 subí y bajé, bajé y subí incontables veces para asistir al máster gracias al cual conocí ese maravilloso sitio y unas maravillosas personas.
Así llegué a mi primer destino: LA BIBLIOTECA. Whatsapeé a César para decirle que andaba por allí y después de no saber mirar a mi derecha, acabé preguntando a una de las majísimas bibliotecarias por la propia biblioteca Pedro Cerrillo. Me indicó bien y allí me metí (momentazo facepalm total). Nada más pasar al lado de la placa, sonreí y pensé “ya he vuelto, maestro”, y me volví a convertir en una niña en una tienda de golosinas.
Demasiados libros de cuentos, folklore infantil, narrativa… cogí varios clásicos y me senté a leer. Entendedme, soy opositora, y aunque estaba allí por otros motivos siempre acabas pensando en la oposición y qué mejor sitio para ver los cuentos que puedes incluir en tu programación que el CEPLI. Poco antes de que me echaran, se me había pasado la tarde volando; me ocurrió eso que a veces pasa: sí, ya sabéis, cuando un no sé qué hace que te gires y mires el hueco exacto de la estantería que hay detrás de ti. Tus ojos comienzan a brillar, ¡reconoces ese color! Y vas corriendo y flipas en colores al ver que allí tienen varios ejemplares de la colección roja de Construye tu propia aventura y en fin, ya, que por hoy consideras que has frikeado lo suficiente.
Al día siguiente, como las jornadas no empezaban hasta por la tarde y mi querida Sandra Lambert aún no había llegado, hice lo que cualquiera en su sano juicio habría hecho: me fui a la biblioteca a seguir jugando-leyendo los Construye tu propia aventura. También saqué mi cuaderno del CEPLI (sí, compañeros del máster, aún tengo mis cuadernos... y los sigo usando) y me puse a esbozar nuevas ideas acerca de cómo usar estos primeros juegos de rol en el aula, tanto para infantil (¡!), como para primaria o secundaria. Pero como decía Ende: esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Por la tarde, tras haber saludado, abrazado y comido con viejas amigas, Sandra y yo nos volvimos por fin a la facultad. ¡Comenzaban las Jornadas! Emotiva inauguración, grandes e interesantes ponencias. Me faltaba rapidez para coger apuntes; la edad. La tarde terminaba con la inauguración de la nueva exposición LIJ Efímera y con un conciertazo de los magníficos Zas! Candil Folk. Sandra me había presentado a otras dos chicas. Una de ellas, Míriam, casualmente era de Priego de Córdoba (mi patria chica). El caso es que al final nos juntamos cuatro histéricas que al día siguiente tenían que hacer una comunicación; ¡menos mal que había gente que entendía mi situación!
Y llegó el día H. Me desperté a las 5 de la mañana cual búho, repasé la charla, cambié cosas, añadí unas y eliminé otras. Revisé la ropa, me intenté dormir otra vez, miré Facebook, Twitter, Whatsapp… Le pregunté a Sandra si estaba revisando su maleta también... vamos, lo típico que hace una antes de dar su primera charla delante de un nutrido grupo de personas mayores de 10 años.
Ya a las 7 de la mañana (me pareció ofensivo para los demás huéspedes hacerlo antes), me preparé y salí a desayunar con Alexandra, otra chica que también daba una comunicación. Llegamos a las 8 a la facultad (nuestra charla era a las 9.30), para descubrir que la cafetería no abría hasta las 8.45. Nos pusimos a buscar una cafetería, tiramos los dados y aunque no nos salió un crítico, tampoco resultó una pifia, y por fin desayunamos y esperamos a que llegaran las otras, Sandra y Míriam. Se habían perdido un poco, pero consiguieron llegar. Alexandra y yo ya estábamos bastante nerviosas y les metimos bulla. Cuando por fin volvimos a la facultad tendríamos que habernos hecho una foto con nuestras caras descompuestas. Había llegado el momento, al menos para Alexandra y para mí, que éramos las primeras de nuestras mesas.
Tras desorientarnos un poco por los pasillos, conseguimos llegar a nuestras respectivas aulas. Yo no me encontraba "nerviosa", pero sí que sentía que de un momento a otro iba a salirme un alien de la barriga y se iba a poner a bailar, como el que le salía a John Hurt en Spaceball.
Aquí la histérica, con César |
Empezamos a llegar las comunicadoras, unas bibliotecarias adorables de Albacete, unas maestras y yo. Pero... ¡horror! Con los nervios y la presión personal de hacerlo bien me había dejado el pendrive con el PPT en casa, algo lejos para ir corriendo a por él. Por suerte, se lo había enviado a César (me conozco como si me hubiese parido yo misma), así que, mientras ponía ya el PPT, comenzó a presentarme. ¡Y qué presentación! No esperaba tantas palabras previas a mi charla, así que me puse más nerviosa aún.
Mi cara de "La madre que... " |
Me sorprendió ver tanta gente a las 9.30 de la mañana escuchando a una maestra friki hablando sobre Aquelarre, Hitos, literatura infantil de tradición popular y colegio. Porque sí, no os he contado que la propuesta que presenté fueron dos aventuras sacadas de Aquelarre adaptadas al sistema Hitos para jugarlas tanto en primaria como en secundaria. El caso es que sobreviví a la charla y lo hice algo mejor de lo que esperaba. Gracias a Sandra y a las chicas de las bibliotecas de Albacete tenemos un reportaje fotográfico y de vídeo para demostrar que estuve allí y sobreviví 😊😊😊 Pero si me sorprendió ver a gente allí, ya el que cuando fuera a buscar un asiento la gente comenzara a preguntarme cosillas y a pedirme el correo para poder seguir hablando del tema fue el remate del tomate. Superé mis lobos y decidí que en dos años volvería con algo aún más grande, y no, no sería dejarme barba.
El resto del día lo sobrellevé bastante bien, quitando que me escaldé la mano yo sola cuando el poltergeist de la facultad me tiró mi café encima. Seguí hablando un poco sobre rol, ABJ, ludificación y escuela con los maestros que asistieron a la charla. Les sugerí que siguieran este blog, a Óscar Recio Coll y que por supuesto jugaran por su cuenta a rol. A lo que fuera, pero que primero jugaran ellos.
¿Y qué más puedo decir? En mi segunda casa me han vuelto a demostrar que hay esperanza para una educación más abierta y actualizada y que desde las universidades españolas se intenta potenciar la ludificación y el hábito lector. En definitiva: tendré que volver y dar más la chapa en las próximas jornadas.
No os la doy más a vosotros que me vuelvo muy cansina y sensiblera, pero que sepáis que también se habló sobre videojuegos en estas magníficas jornadas. El resto es demasiado emotivo para hablar de ello. Os escribo esto hoy gracias a mi maestro. Pedro nos sigue enseñando que la educación es algo más que escupir conceptos.
Para que veáis que no me lo invento :D |