Muy
buenas,
No me he
podido resistir, y me he dicho: “Chico, esto tiene que estar en el
blog”. Así que aquí estoy, escribiendo unas cuantas líneas con las que plasmar el testeo de la aventura “Escuela de mascotas”, un oneshot para Hitoskids dirigido a los más jovenes.
¡Todo listo y preparado! |
Serían las siete y cuarto de la tarde cuando Candela, Lara, Mateo y
Edwin se sentaron alrededor de la mesa de juego. Todo estaba preparado para que diese comienzo la aventura. En primer lugar, una brevísima
introducción para situar al personal, y a continuación la elección
de personajes. Todos tenían claro cuál era su preferido, así que no
hubo necesidad de lanzar dados. Candela sería Maya, una empollona
rebelde de 12 años; Lara encarnaría a Sofi, una deportista con
miedo a la oscuridad; Mateo eligió a Jandro, un chico impulsivo que
pierde los nervios con mucha facilidad; y Edwin optó por Lili, una
estudiante de 12 años un poco cabezota. Sus respectivas mascotas
tendrían un papel fundamental en la aventura, así que les di
bastante importancia a la hora de elegir el personaje.
Mateo se convirtió en el nervioso Jandro. Su mascota es un gecko llamado Coco, muuuy escurridizo. |
Edwin optó por la impaciente Lili. ¡Su mascota se llama Lolo, y es un lechón que corre... mogollón! |
Lara fue Sofi, una excelente deportista con un pollo, ¡uy, perdón! un canario de mascota: Centinela. |
Candela eligió a Maya, la empollona rebelde. Orejitas, su mascota, tiene las uñas muuuy afiladas, y si no que le pregunten a... |
Los
primeros acordes del tema principal del la BSO de Monster House
comenzaron a sonar y ya vi como a Lara se le cambiaba el semblante.
“Estáis
en la última clase de la víspera del gran día, ese día en el que
el cole parecerá una selva, y no lo digo por el creciente olor a
sudor que emana del interior de cada una de las aulas tras el recreo,
ni por la fauna autóctona que habita cada rincón del centro. Mañana
el cole se llenará de animales, ¡mañana será el Día de las
Mascotas!
Estamos pues en la última clase de la víspera del gran día. Hoy no ha venido la Srta. Marisa, en su lugar han ido desfilando por el aula profes y más profes, uno tras otro. Don Tobías imparte Matemáticas en este centro desde tiempos inmemoriales, vamos, que parece llevar toda la vida en el cole. Le dio clases a hermanos, tíos y padres de los actuales alumnos. ¡Incluso las malas lenguas afirman que a algún abuelo! ¡Es incombustible, el tío! Toda esa energía la vuelca en sus clases en forma de órdenes casi militares. Durante sesenta minutos no se escucha ni una mosca. Explicaciones directas, concisas, al grano. No hay lugar a distracciones ni preguntas chorras, esas que tanto le gustan a Roberto y que la Srta. Marisa recibe con toda la paciencia que es capaz de juntar. Hoy no es el día ni el momento, y Roberto lo sabe.
Durante la clase, Guille, que por cierto ha estado muy raro durante toda la mañana, entrega una notita superdoblada por debajo de la mesa a uno de los personajes. En ella se puede leer:
Sé lo que le ha sucecido a la Srta. Marisa. Es muy fuerte, tío.
..."
A partir de ese momento los jugadores comenzaron a vivir una terrorífica y divertida aventura llena de misterio, risas, fantasmas, mascotas y giros inesperados. He de confesar que llevaba la aventura muy clara en mi cabeza, es decir, que había previsto todos los posibles escenarios que podían darse. De hecho, uno a uno fueron desarrollándose coincidiendo con mis expectativas en mayor o menor grado. Sin embargo, ciertas decisiones, muy bien tomadas por parte de la tropa, desencadenaron unas consecuencias que dieron lugar a la resolución del misterio de forma bien distinta a como yo tenía en mente.
Estas simpáticas arañitas se convirtieron en los puntos de suerte. |
¡Fue genial! Observar a cuatro pequeñas mentes que, trabajando en equipo, supieron sacar adelante la aventura. No es la primera ni la segunda partida que dirijo a chavales, y siempre me maravillo con la enorme capacidad que tienen para meterse de lleno en la historia, para cooperar y ayudarse unos a otros, para rolear sin tapujos ni vergüenzas. El broche final fue un choque de manos espontáneo a cuatro bandas cuando resolvieron la aventura. Como máster ha sido un lujazo contar con estos jóvenes roleros.
A nivel puramente de testeo el resultado final fue satisfactorio. Creo que la aventura funciona. Duró unas dos horas y cuarto, un tiempo perfectamente aguantable en chicos y chicas de diez a doce años. Como ya he dicho, la BSO de Monster House funcionó de maravilla. Por otro lado, la posibilidad de que los jugadores te lleven a escenarios no previstos queda totalmente en las manos del director, ya que perfectamente este podría redirigir la aventura hacia el punto al que se pretende llegar. Creo que los chavales tomaron decisiones muy creativas y que hubiese sido un error por mi parte impedirles las consecuencias lógicas de dichas decisiones. Y me explico, digamos que a un jugador se le ocurrió al comienzo de la partida gastar un punto dramático para obtener una caja de cerillas. ¡Vaya! Una caja de cerillas, cuando lo más lógico hubiese sido obtener una linterna. Pues bien, esa caja dio mucho juego al final de la aventura. Por último, y como ya me ha sucedido en otras ocasiones, debo subir un poquitín los valores de algún PNJ demasiado blandengue.
En breve, la aventura "Escuela de mascotas" en libre descarga en el blog.
¡Hasta la próxima!
Felicidades!
ResponderEliminarSuena que todos lo habéis pasado a lo grande. 😍😍
Muchas gracias, Phil. Sí, la verdad es que lo pasamos muy bien. Son grandes estos peques.
EliminarY tanto...
ResponderEliminarReflexion: Para el aprendizaje en esta vida los niños estan siempre en busca de un buen juguete que sería aquel que sin ser nada concreto puede ser todo. Se podria pensar al barro o a los juegos con pelota... ¿Y si la madre de todos los juegos fuera el juego de rol? De ahi el placer y la plena libertad de jugar para los niños que se hacen grandes y para los adultos que vuelven a ser niños.... Jajajajajajaja!!