¡Muy buenas, ysystémicos de la vida!
Esta entrada no va ser un visto y no visto (ni tampoco un desvisto y no desvisto 😉), porque vengo con la clara intención de enrollarme y contaros un montón de cosas sobre La ciudad y la ciudad, la última aventura que he escrito para Ysystem3 y que se basa en la genial novela homónima de China Miéville, profesor, teórico político y escritor de fantasía especulativa británico. La aventura está terminada y corregida, la he testeado ya dos veces (ambas en el Club Dragom de Jerez de la Frontera) y la presentaré dentro de muy pocos días en las jornadas TdN de Mollina (Málaga), en donde haré un par de pases.
La ciudad y la ciudad es una historia esencialmente noir protagonizada por entre 3 y 5 PJ que pertenecen a los departamentos de policía de dos ciudades-Estado diferentes... pero entramadas. El escenario transcurre en un mundo alternativo que forma parte del nuestro y se sitúa en una región indeterminada del sudeste de Europa a comienzos del siglo XXI. En ese espacio coexisten, de manera física pero no perceptiva, dos ciudades-Estado soberanas: Besźel y Ul Qoma. Ambas ocupan el mismo territorio urbano parcialmente, pero se comportan como entidades nacionales del todo independientes, con sus propias culturas, historias, idiomas, sistemas legales, políticas exteriores e idiosincrasias. Lo extraordinario es que, a pesar de que ambas ciudades se hallan entrelazadas desde un punto de vista geográfico, sus habitantes están educados para no verse ni oírse mutuamente, salvo que medie un cruce legal, lo que solo se puede hacer a través del inmenso Pabellón Cópula. Este principio básico, que se enseña desde la infancia, se denomina genéricamente «desver»: los residentes de una ciudad están obligados a desver (es decir, a ignorar activa y deliberadamente) todo lo que pertenece a la otra ciudad, incluso si se encuentra ante sus mismísimos ojos. La desobediencia de esta regla (mirar, reconocer o interactuar con elementos de la otra ciudad) constituye una brecha, lo que desencadena la intervención de una misteriosa fuerza supranacional llamada asimismo «la Brecha».
En la ambientación de La ciudad y la ciudad todo gira en torno al concepto del «Clivaje», término que designa el acontecimiento histórico que separó a Besźel y Ul Qoma (y, por extensión, la separación en sí misma y hasta el orden emanado de ella). El Clivaje sucedió hace más de dos mil años y no tiene una historia oficial del todo clara: es a la vez un evento y algo parecido a una mitología. Las fuentes históricas son fragmentarias, pero se supone que en tiempos remotos ambas ciudades formaban una única unidad (o, al menos, una civilización contigua), y que fue algún tipo de fenómeno cuántico inexplicable el que las dividió. Ni la ciencia ni la religión han sido capaces de darle una explicación tras muchos cientos de años de disquisiciones. Las investigaciones al respecto siempre han resultado infructuosas; por ejemplo, Besźel y Ul Qoma no emiten ningún tipo de energía o radiación especial. Las leyes de la física, excepción hecha del fenómeno del entramamiento, se cumplen en las dos ciudades con total normalidad.
El Clivaje tiene claras implicaciones ontológicas: dividió dos pueblos (o a uno solo en dos) y cercenó geografías urbanas, pero además creó dos realidades coexistentes, cuya separación no es solo legal o territorial, sino profundamente mental y sociológica. Desde el Clivaje, las dos ciudades han evolucionado por caminos muy distintos, desarrollando lenguas, símbolos, memorias y arquitecturas divergentes.
En ciertos ámbitos académicos, algunos arqueólogos y filósofos alternativos sostienen que el orden emanado del Clivaje tuvo que ser una especie de imposición deliberada, una forma de poder que instauró la disociación perceptual como ley a partir de cierta necesidad de supervivencia o algún evento desconocido. Esto ha generado algunas líneas de investigación bastante estrafalarias, como la que sugiere que podría existir una tercera ciudad oculta, llamada «Orciny», que habría quedado entre Besźel y Ul Qoma después del Clivaje. Esa Orciny sería inaccesible para la percepción normal y estaría habitada por personas que nunca desven, que pueden moverse entre las dos ciudades sin ser vistas (ni siquiera por la Brecha).
Por lo que respecta a Besźel, se trata de una ciudad decadente, de atmósfera gris y vetusta, con una estética urbana que evoca a la Europa del Este poscomunista. Su arquitectura es predominantemente funcional, racionalista y de líneas horizontales, con edificios de hormigón, estructuras burocráticas desfasadas, tranvías antiguos, plazas algo decrépitas, cables que cuelgan y una cierta melancolía constructiva. Las calles están marcadas por el tiempo y los colores son apagados, siendo predominantes los diferentes matices del gris. Hay poca presencia de marcas extranjeras o modernidad tecnológica, aunque en los últimos tiempos se han producido algunas inversiones de empresas estadounidenses.
Ul Qoma es la ciudad entrelazada con Besźel. Comparte el mismo emplazamiento físico, pero desde un punto de vista cultural se trata de una civilización completamente diferente. Ul Qoma es más moderna, vibrante y euroasiática y está más abierta al comercio internacional. Presenta una economía dinámica (a pesar de la ruptura de relaciones con Estados Unidos) y una estética urbana bastante más limpia, brillante, vertical y estilizada. Su arquitectura muestra signos de reconstrucción reciente: edificios de cristal y acero, avenidas bien iluminadas, anuncios electrónicos, vehículos modernos y una población más diversa, con una creciente presencia de inmigrantes. Aunque no es una ciudad completamente libre, pues el gobierno ejerce una fuerte vigilancia sobre los habitantes y hay cámaras en cada esquina, Ul Qoma proyecta una imagen de progreso tecnológico y modernización política.
Por último, la Brecha es la autoridad suprema encargada de mantener el orden perceptivo en las dos ciudades. No se somete a Besźel ni a Ul Qoma, justo al contrario; es una entidad autónoma, ultrasecreta y omnipresente, que interviene con eficacia implacable cuando se detecta una brecha. Nadie conoce su sede, estructura interna o procedimientos, ni tampoco la forma en la que recluta a sus miembros o la manera exacta en la que tipifica las infracciones de los habitantes de las dos ciudades. Solo las brechas menores e involuntarias son castigadas mediante la imposición de multas, pero estas han de abonarse rápidamente (de lo contrario, La Brecha hace acto de presencia). Si La Brecha actúa, entonces se hace con la persona infractora, la cual desaparece para siempre.
Todo esto que os acabo de soltar constituye la ambientación esencial de La ciudad y la ciudad. Tiene más elementos, eso sí (las diferencias entre los espacios entramados e íntegros, los unionistas, los nacionalistas, los yacimientos arqueológicos preclivales, etc.), pero tampoco quiero asustar al personal, que de lo contrario no se me va a apuntar nadie a las partidas de las TdN 😅😅😅
Como aventura en sí misma, La ciudad y la ciudad da comienzo en Besźel con el hallazgo del cadáver de una mujer en el interior de un contenedor de residuos industriales. El cuerpo aparece en una zona casi completamente íntegra conocida como «Droskán Erova». Se trata de un pequeño distrito obrero con bloques de pisos levantados durante la fase de febril industrialización de los años 50. Es un lugar de antigua tradición sindicalista, hoy empobrecido y semiabandonado, en el que no es raro ver mujeres que ejercen la prostitución en plena calle. El inspector Tyador Bôrlu y las agentes Marčyna Corwi y Lizbyet Wawer, de la Brigada de Delitos Violentos de Besźel, inician la investigación. Estos son los tres primeros PJ protagonistas de la aventura. Muy pronto descubrirán que tienen que colaborar con la Militsya de Ul Qoma, en concreto con la inspectora Zourya Elkhad y el agente Qussim Dhatt. Estos personajes (cuarto y quinto PJ), que esperan en la aduana del Pabellón Cópula. Y hasta aquí puedo decir...
A la hora de adaptar La ciudad y la ciudad desde la novela original de China Miéville, me he visto obligado a realizar cambios argumentales, a desdoblar, modificar y crear personajes y a concretar aspectos inicialmente vagos de la ambientación, es decir, pasar el lenguaje literario al lenguaje rolero, lo cual me ha dado algún que otro quebradero de cabeza pero me ha resultado divertidísimo. Lo que sí he tratado de mantener a toda costa es el tono y la trama general de la novela, por lo que si te has leído la obra de Miéville que aquí se adapta, es mejor que no juegues la aventura por el tremendo spoiler que te haces.
En fin, como dije al principio, he dirigido la aventura dos veces, ambas en el Club Dragom, y creo que ha salido muy buen. En la primera ocasión la hice para solo tres jugadores (Sergio, Nito y «Emod») y en la segunda ya para cinco («Furu», Roberto, Diego, Kiko y Antonio Lozano). En general, pude comprobar que La ciudad y la ciudad tiene dos modos de juego: one-shot de tres horas y media aproximadamente y partida de tres o cuatro sesiones, según donde quieras empezar. Lo que llevo a las TdN en unos días es el «modo one-shot», evidentemente.
Por desgracia, no tengo apenas fotos de la segunda partida, y de la primera ni eso (FATAL), pero bueno, cuelgo aquí abajo las únicas tres que obran en mi poder y, sin más, me despido. Confío en haberos despertado un poco el gusanillo respecto a La ciudad y la ciudad, una aventura distinta con la que me lo estoy pasando muy bien 😊
¡Nos leemos!
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Ficha del inspector Tyador Bôrlu, que en la novela es el único protagonista de la historia |
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Aquí, con Diego Merello, Kiko y Antonio Lozano |
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En el mundo del Clivaje también hay CARETOS |
Me gustó mucho. Estoy deseando llevarla a mesa.
ResponderEliminarMuchas gracias Ernesto, fuiste un grandísimo Bôrlu, como de costumbre.
EliminarLa verdad es que la ambientación me llama bastante, a ver si hay suerte y conseguimos plaza en TdN!
ResponderEliminarA ver a ver...
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