Muy buenas, hijos e hijas de la montaña,
Ya sé que en mis entradas del blog tiendo a ser un poquito enfático, un poquito reiterativo y, sobre todo, un poquito demasiado entusiasta (o exagerado), pero demonios, qué queréis: esto está siendo una sucesión de SESIONACAS del copón de la vela. La de ayer martes fue posiblemente la partida que más rápido se me ha pasado en toda mi vida. Madre mía; fue mirar el reloj y ver las doce la noche... ¡toque de queda! Por suerte creo que lo hemos dejado en el sitio ideal para jugar la gran culminación de esta campañita, que al final se nos va a ir a las seis sesiones. ¡No está mal!
Si normalmente no cuento nada de las tramas, a estas alturas de aventura mucho menos, así que poco más tengo que decir salvo honrar a mis jugadores por esquivar una situación especialmente comprometida sin recurrir a la violencia (que hubiese sido lo más obvio) y, por supuesto, hacerme hiperbólico de nuevo para exclamar aquello de ¡PARTIDACA!
Nos leemos en una semana.
Aprovechad el puente e id a la montaña a presentarle humildemente vuestros respetos.
La montaña siempre escucha 😋
¡Salud!
Si la camarita ha vuelto a estar encima de la mesa, eso quiere decir que ya están todas las cartas boca arriba. ¡A agarrarse los machos! |
U-uh... Y eso es con cordadas ultraequipadas, no en alpino, zagales. Quítale a eso tres campamentitos de nada y verás qué diver. |
Aquí, con nuestras flamantes mascarillas corporativas 💪💪💪 |
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