Hace tiempo que quiero escribir estas líneas con la intención de hablaros sobre una aventura que me ha traído de cabeza durante los últimos meses. Una aventura que, aunque considero escrita y testeada, sigue acompañándome día tras día como un dulce y tierno perrito que mira de soslayo a su dueño esperando expectante una caricia. Y es que, a veces, ese dueño no sabe si acariciarlo o encerrarlo para siempre. Hoy os quiero hablar de La agonía de una libélula.
A priori, esta entradilla puede parecer poco original y, la verdad, tampoco muestra mucha información. Tan solo constituye la premisa, el arranque de todo. Pero, creedme, mejor así, mucho mejor así. En esta aventura la trama va a ir apareciendo por sí misma y no es necesario (ni aconsejable) que los jugadores conozcan mucho más.
La agonía de una libélula es un módulo autoconclusivo de una única sesión para Ysystem. Podría encajar dentro del género de terror psicológico con la inclusión de elementos sobrenaturales. La trama apunta (y dispara) directamente al campo emocional de los PJ (e indirectamente al de los jugadores) y los somete a vivencias extremas que romperían la cordura de cualquiera.
Pero permitidme que vayamos al inicio de todo. Os cuento, a inicios de 2024 se enquistó una idea en mi cabeza, de esas que no puedes esquivar aunque a veces lo desees con todas tus fuerzas. Día y noche intentaba abrirse paso a base de martillo pilón. Y así, tras la maduración previa a la escritura, la criatura vio la luz allá por junio de 2024.
Creo que no me equivoco si afirmo que ha sido una de las aventuras más meditadas de las que he escrito hasta ahora. Sabía que iba a tratar temáticas delicadas, pero nunca dudé sobre el tipo de experiencia que deseaba ofrecer a la mesa de juego. En mi cabeza toda la historia funcionaba (bien): los PJ y sus relaciones, la trama, los elementos sobrenaturales…
Pero permitidme que vayamos al inicio de todo. Os cuento, a inicios de 2024 se enquistó una idea en mi cabeza, de esas que no puedes esquivar aunque a veces lo desees con todas tus fuerzas. Día y noche intentaba abrirse paso a base de martillo pilón. Y así, tras la maduración previa a la escritura, la criatura vio la luz allá por junio de 2024.
Creo que no me equivoco si afirmo que ha sido una de las aventuras más meditadas de las que he escrito hasta ahora. Sabía que iba a tratar temáticas delicadas, pero nunca dudé sobre el tipo de experiencia que deseaba ofrecer a la mesa de juego. En mi cabeza toda la historia funcionaba (bien): los PJ y sus relaciones, la trama, los elementos sobrenaturales…
Sin embargo, los testeos fueron harina de otro costal, pues me mostraron el verdadero potencial de la aventura. Ha sido un proceso tan intenso a nivel personal que me he llegado a replantear si La agonía de una libélula debería ver la luz o no. La historia toca temas potencialmente delicados y susceptibles de herir la sensibilidad de los jugadores y jugadoras. Temáticas relacionadas con la pérdida de seres queridos, la violencia explícita, el dolor, el duelo, la desesperanza, el sufrimiento infantil o la desesperación.
Y dicho ello, ¿por qué alguien (en su sano juicio) iba a desear pasar por este mal trago? Esta es la pregunta que me he repetido una y otra vez tras finalizar cada partida, pues en la mayoría termino pidiendo un tímido perdón al resto de la mesa por el mal rato sufrido. Las tertulias postpartida han sido especialmente significativas (entre ellas destaco la que mantuve con Luis Tovar, Marta, Bea y Pilar García en una partida en Cádiz que fue sencillamente mágica). Estas charlas me han dado mucha información sobre la manera en la que los jugadores y jugadoras, a través de sus PJ, se sumergen en la historia y viven las situaciones que propone el módulo.
Y dicho ello, ¿por qué alguien (en su sano juicio) iba a desear pasar por este mal trago? Esta es la pregunta que me he repetido una y otra vez tras finalizar cada partida, pues en la mayoría termino pidiendo un tímido perdón al resto de la mesa por el mal rato sufrido. Las tertulias postpartida han sido especialmente significativas (entre ellas destaco la que mantuve con Luis Tovar, Marta, Bea y Pilar García en una partida en Cádiz que fue sencillamente mágica). Estas charlas me han dado mucha información sobre la manera en la que los jugadores y jugadoras, a través de sus PJ, se sumergen en la historia y viven las situaciones que propone el módulo.
Los resultados en los distintos testeos han sido muy satisfactorios (algo que no suele sucederme habitualmente cuando dirijo mis propias aventuras). He observado la manera en la que la trama va calando en los PJ (y en los jugadores). En este sentido, he detectado dos perfiles muy claros a la hora de abordar la propuesta: aquellos que se enfrentan a la aventura desde un punto de vista primordialmente emocional, por lo que el impacto suele ser muy potente; y aquellos que prefieren centrarse en aspectos directamente relacionados con la investigación y los elementos sobrenaturales, es decir, optan por actuar más y sentir menos. Cerebro y/o corazón (¡he ahí la cuestión!), por supuesto, con toda la gama de grises que hay entre ambos. A este respecto, creo que la aventura puede adaptarse sin problemas a ambos perfiles y tomar así el rumbo que la propia mesa decida.
Pero vayamos al grano, pues a estas alturas tengo varios aspectos muy claros sobre el módulo que quiero transmitir a los lectores, pues lo último que deseo es que alguien se siente a jugar esta aventura sin conocer sus características. ¿Que La agonía de una libélula no es una aventura para todo el mundo? Lo tengo clarísimo y, precisamente por eso, quiero ser honesto con todo aquel que desee acercarse a ella. ¿Que quizás sobrepase muchas líneas rojas que algunos no están dispuesto a sobrepasar? Pues sí, seguro, y por eso esta aventura no es para ellos.
Pero vayamos al grano, pues a estas alturas tengo varios aspectos muy claros sobre el módulo que quiero transmitir a los lectores, pues lo último que deseo es que alguien se siente a jugar esta aventura sin conocer sus características. ¿Que La agonía de una libélula no es una aventura para todo el mundo? Lo tengo clarísimo y, precisamente por eso, quiero ser honesto con todo aquel que desee acercarse a ella. ¿Que quizás sobrepase muchas líneas rojas que algunos no están dispuesto a sobrepasar? Pues sí, seguro, y por eso esta aventura no es para ellos.
Pero, para esa minoría que desea experimentar una historia de terror humano (porque el verdadero terror que subyace en La agonía es ese, por encima del sobrenatural), una historia dura y, por momentos, devastadora, una ficción compartida (porque recordemos que todo esto es ficción) y, sobre todo, consentida, para todos ellos, La agonía de una libélula puede convertirse en esa rara avis capaz de mostrar la belleza en lo más oscuro y la atracción que algunos sentimos hacia lo más siniestro.
Por lo tanto, tras un proceso de reflexión importante, he decidido acariciar a ese dulce y tierno perrito (aunque su interior sea crudo, oscuro y desgarrador), quitarle la correa y permitirle salir. He decidido exponer la aventura a unas jornadas, un entorno complicado para módulos de este corte pero, en mi opinión, la mejor opción para darlo a conocer. La agonía de una libélula contará con dos pases en las próximas TdN 2025, en horario de viernes y sábado noche.
Por último, quiero agradecer de corazón la predisposición de los jugadores y las jugadoras que se han ofrecido a testear esta historia. ¡Mil gracias! Aquí os dejo algunas fotitos de las distintas sesiones.
Por lo tanto, tras un proceso de reflexión importante, he decidido acariciar a ese dulce y tierno perrito (aunque su interior sea crudo, oscuro y desgarrador), quitarle la correa y permitirle salir. He decidido exponer la aventura a unas jornadas, un entorno complicado para módulos de este corte pero, en mi opinión, la mejor opción para darlo a conocer. La agonía de una libélula contará con dos pases en las próximas TdN 2025, en horario de viernes y sábado noche.
Por último, quiero agradecer de corazón la predisposición de los jugadores y las jugadoras que se han ofrecido a testear esta historia. ¡Mil gracias! Aquí os dejo algunas fotitos de las distintas sesiones.
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Frederick Douglas, un hombre honrado y honesto que ama a su familia por encima de todo. No es fácil vivir en un pequeño pueblo de Texas en 1983 y formar parte de una familia de blancos sureños. |
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Para el primer testeo conté con esta maravillosa mesa. De izquierda a derecha Fran Vías, Philippe López, Edwin Rodríguez y Laura Cárdenas. |
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Presentación previa de los PJ. Aquí vemos al amigo Ignacio que terminó interpretando magistralmente a Charlotte (y pasándolo regular, también hay que decirlo). |
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Careto de circunstancia en mitad de partida. La aventura se cuece a fuego lento pero el ambiente ya va cargado de tensión desde el minuto uno. Y la cosa va (o pretende ir) in crescendo. |
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Bea comprendió perfectamente a Oliver (su PJ) y vaya momentazos que nos brindó. ¡Chapeau, Bea! |
Una de las partidas más duras, desgarradoras e interpretativamente difíciles que he jugado. También de las mejores, claro. Enhorabuena una vez más por ser el mejor escritor de aventuras que conozco, Edu!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Luis. Vuestra partida fue la más intensa que he dirigido jamás. Guardo el recuerdo con mucho cariño. Para mí fue una noche mágica.
EliminarY para todos, te lo aseguro!
EliminarUna entrada que deja las cosas claras pero que no desvela nada. Como sabes, me encantó poder jugar esta partida. La disfruté y la sufrí a partes iguales, no habría sido lo mismo con otra mesa, así que fue simplemente excepcional. Sin duda, otra de tus obras maestras! Muchas gracias por tus palabras y por estas creaciones!!!
ResponderEliminarOh! Muchas gracias, Marta! Siempre es un placer compartir mesa con vosotros. Un abrazote grande y espero que nos veamos pronto.
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