miércoles, 2 de octubre de 2019

Magice, Rerum Daemonii est, campaña para Aquelarre en el Club Dragom (tercera sesión)

Muy buenas, gentes temerosas de Dios y del Diablo,

Tercera sesión de Aquelarre en el Club Dragom... y primera de la campaña en sí misma: Magice, Rerum Daemonii est. En las dos partidas anteriores lo que hicimos fue jugar el prólogo que constituye Casus Luciferii, pero ayer ya entramos en materia... ¡y de qué manera!

Buena parte de la sesión transcurrió con los PJ divididos en dos grupos que jugaron sendas miniaventuras completamente independientes la una de la otra. Lo que hice fue ir alternando escenas de un grupo a otro, dejándolos frente a pequeños cliffhangers cada vez y acortando progresivamente las secuencias para lograr una sensación narrativa de clímax justo antes del reencuentro de todos los PJ, que tuvo lugar casi al final de la partida. Creo que funcionó muy bien, en gran parte gracias a mis jugadores, que lo bordan en cada sesión, y se desarrollaron algunas escenas que no olvidaremos JAMÁS, sobre todo la protagonizada por el soldado tartaja Fuco y este simpático PNJ:


Arf arf...

¡Memorable de pies a cabeza y hasta a las posaderas!
En resumen: la partida tuvo de todo, y todo bueno, salvo combate (que la verdad es que no lo echamos en falta lo más mínimo; además, ya llegarán los palos en la próxima... ).

Como curiosidad, os revelaré que me he dado cuenta de que me falta una cosa en la mecánica de Aquelarre a partir de ver a mis jugadores en acción. Y es que a veces lo hacen tan bien e interpretan con tanta coherencia a sus PJ que echo en falta una manera de recompensárselo en el mismo momento. Como en Aquelarre no hay puntos dramáticos que valgan, ni de destino, Ego, mérito, humanidad o lo que sea, pues me quedo siempre un poco con las ganas. Voy a pensar alguna forma de remediarlo, porque ayer por ejemplo le hubiese dado un punto a cada uno de ellos (sin excepción) en diferentes momentos de la partida. Claro que se podrían entregar más puntos de Aprendizaje al final de la aventura y ya está, pero se perdería el efecto de inmediatez de la recompensa por buena interpretación, que es una cosa que valoro mucho.
En fin, ya os contaré en qué queda la cosa.

Os dejo con las fotitos de rigor.
¡Nos leemos!


Ismael (Carme Pi), Roberto (Juanín "el Chepa") y un servidor gesticulando como de costumbre

Aquí con Furu (Shemuel) y Carlos (Fuco de O Cebreiro, "protagonista" de la partida de ayer)

La habitual única foto de Nely 😒

Mirando a los de mi izquierda... los PJ de la aventurita de la torre en ruinas y cierto viejales que...

The Aquelarre Connection

Estos dos PJ son la leche, ¡menudo par!

4 comentarios:

  1. Compénsales con puntos de Suerte, que podrán utilizar en una próxima tirada donde quizás no o hayan hecho tan bien. "Las gallinas que entran por las que salen"

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    1. Pues tampoco es mala idea, aunque creo que voy a inventarme unos dados de ventaja.
      Muchas gracias por comentar!

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  2. Pues lo primero que se me ocurrió fue que les otorgaras puntos de suerte, como dice Luis Gil, pero los dados de ventaja son la solución ideal. Primero, porque no resultan tan arbitrarios (es lo que hace o lo que dice el personaje lo que efectivamente le da ventaja en la ficción) y en segundo lugar porque agarrar físicamente un dado y tirarlo tiene un efecto psicólogo placentero de control.

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    1. Pues sí, eso es lo que pienso yo, la verdad. Muchas gracias por comentar!

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