jueves, 25 de octubre de 2018

Por la sangre de un dios (resumen de la campaña, parte 5)

Muy buenas amig@s y seguidor@s de La Tapadera, aquí tenéis la crónica de la quinta partida de la campaña Por la sangre de un dios, de La puerta de Ishtar, que estamos jugando entre dados y risas dirigidos por Antonio Lozano. Espero que os guste el rolato, pero eso sí, cuidado con los spoilers si pensáis jugarla en un futuro.

Os recuerdo los jugadores y los personajes que llevamos y prosigo con la crónica sin más tiempo que perder!

Edu: Dost
Ignacio: Bagrat
Jesús: Sharruk Ah-Eribo
Patricia: Erishti-Aya
Phillippe: Bel Ninari
Rodrigo: Hanish



En la anterior crónica, dejamos al grupo de aventureros saliendo a galope de la ciudad de Kish, con un montón de sentimientos encontrados por la muerte de Tattannu, cuya autoría le confesó Bagrat a Erishti Aya, y la imposibilidad de rescatar a una sacerdotisa de una inminente y cruel muerte.

Tras unas horas cabalgando, paran a descansar y aprovechan para repartir el dinero ganado con la venta de la rosa del fenicio, unas 2400 monedas para cada uno, que ya para alguno de ellos representa un capital más que suficiente para establecerse en algún sitio próspero, por lo que discuten hacia dónde ir a continuación. Los comerciantes (sobre todo Dost) quieren dirigirse al sur, a alguna ciudad con posibilidades de comercio, pero Bagrat los convence para dirigirse a Cimmeria, donde más o menos tienen posibilidades todos, pues se trata de un lugar montañoso, de gente sencilla al que llegan pocas cosas y además es el único estado libre de Akkad.

Llevaban un par de días cabalgando hacia el norte, acercándose ya al río Idigna, cuando la tierra tiembla bajo sus pies y oyen un gran estruendo en Kish, cuyo zigurat ha sido destruido y del cual emerge una criatura gigantesca que comienza a caminar hacia el oeste, alejándose de ellos y dejando cualquier forma de vida vegetal totalmente marchita y un viento helador tras de sí. Tras recuperarse de semejante visión, llegan al río, donde divisan el barco de un comerciante awilu, Ishme, que accede a llevarlos hasta Eshunna.

En un oasis donde hacen noche, les cuentan que varias mujeres que estaban encintas han perdido a sus bebés, al igual que las hembras del ganado. Así, descubren que el ser que salió de Kish es la diosa de la fertilidad Shub-Nippurak, y que sin ella la vida en Akkad es imposible.

Mientras navegan, al acercarse a Sippar, observan cómo un ejército se dirige a Kish formando una gran polvareda y entienden que Sargón, el awilu que siendo esclavo echó a los annunakis de Akkad con la ayuda de Shub-Nippurak, envía dicho ejército en su ayuda.

Cuando el grupo llega a Eshunna el estado de la vegetación no cambia, aunque se trata de una ciudad grande y hermosa. El grupo se dispersa y por la calle principal pasa una comitiva formada por ocho mushkenus que portan un palanquín desde el que un awilu aparta a la gente con una vara de reprender. Dost, para evitar ser golpeado, se congracia con el awilu recriminándole a la gente la falta de educación y respeto que le están mostrando. De ese modo entabla conversación con el awilu y descubre que se trata de Hanish, candidato a ensi de la ciudad, hombre bastante autoritario y que se interesa por conocer al resto del grupo.

Mientras, Bagrat y Erishti-Aya se han acercado al mercado, y ven que están vendiendo un grupo de esclavas entre las que hay una joven cimmeria. Bagrat enseguida sabe que tiene que liberarla y empieza a pujar por ella aun sabiendo que el resto del grupo le tendrá que dar su dinero y sin oír a Erishti, que le prevenía de que, aún en el caso de que le dieran 2000 monedas cada uno de los demás, Dost sería un hueso duro de roer. El cimmerio siguió adelante con su propósito y consiguió ganar la puja por 10 000 monedas, pero al no tener el dinero suficiente, el esclavista se queda con la cimmeria hasta que por la tarde le entregue la cantidad acordada. Erishti no está muy de acuerdo con Bagrat respecto a salvar a una esclava y no a las demás y de hacerlo además a ese desorbitado precio, pero aún así entiende a su amigo y le da sus 2000 monedas, que son prácticamente todo lo que tiene. Acto seguido se dirigen hacia donde dejaron a Dost, a quien encuentran hablando con Hanish en su palanquín. Tras un rato departiendo, Hanish se da cuenta de que Erishti-Aya no es awilu, aunque intrigado por estas personas queda con ellos en su casa tras el medio día.

Van entonces a la taberna donde encuentran a Sharruk totalmente ebrio y a Bel Ninari bastante contento pero en mejor estado. Deciden coger una habitación para que Sharruk duerma la mona y Erishti se queda unos momentos con él para enjugarle la frente tras la vomitona. Cuando por fin el comerciante se queda dormido, Erishti, pidiéndole perdón al oído, le coge "prestadas" 2000 monedas para dárselas a Bagrat. También logran que Bel Ninari dé parte de su dinero, pero estaba claro que Dost no se iba a desprender de 2000 monedas así como así, y queda con su compañero cimmerio en que primero intentarán sacarle las 2000 monedas a Hanish y, por si este no accediera, tienen preparado un "plan b" que consiste en robarle, básicamente.

Se dirigen acto seguido a casa de Hanish donde, para su sorpresa, el awilu les anuncia que es el dueño de Tattannu, y como sea que este murió defendiendo los intereses del grupo (no llega a descubrir que fue Bagrat quien acabó con la vida del wardu) entiende que el grupo le debe el valor de su esclavo, que son... ¡25 000 monedas! Además Hanish les cuenta que el grupo le puede ayudar a medrar en la ciudad, que está dispuesto a enseñar a leer a Erishti, cuya apariencia de awilu le puede venir muy bien, y que les ayudará con las 2000 monedas que les faltan para liberar a la esclava cimmeria. Por supuesto, a cambio les pide que maten a cinco personas de una misma familia que son contrincantes suyos, los Balashi. En un principio Erishti y Bagrat se niegan, pero Hanish les explica que estas personas hacen batidas para cazar esclavos y con los niños hacen orgías donde los violan y matan. Bagrat entonces cambia de opinión y Erishti, con la excusa de sentirse mal, sale en busca de Dost, que lo poco que ha encontrado mientras tanto son unos anillos de oro para la barba.

Bagrat le da las 2000 monedas que ha prestado Hanish a Erishti, sin decir nada a Dost, que a regañadientes les da su parte aunque está muy malhumorado con el trato al que han llegado. En esas están cuando llama a la puerta Dadanum, el esclavista, al que pagan el dinero acordado y se quedan con Natia, la esclava cimmeria. Deciden ir con ella a la taberna donde está descansando Sharruk. Cuando están seguros de que nadie los oye, Natia les cuenta cómo fue apresada y cuál era su misión: parece ser que Sargón ha redoblado sus fuerzas en el norte y quiere tomar Cimmeria. El grupo de Natia quería evitarlo, y planearon internarse en Babilonia para engañar a Sargón ofreciéndole la sangre de un dios, haciéndose pasar por traidores a cimmeria, para matarlo después, pero fueron descubiertos en Nippur, donde buscaban información para abrir la Puerta de Ishtar. Mataron a los demás y la esclavizaron a ella. Les pide que la ayuden, que vayan juntos a Nippur para conseguir la información de cómo abrir la puerta, e ir después a Babilonia y acabar allí con Sargón tras engañarlo con el señuelo de la sangre.

Como casi todo el grupo ya estaba pensando que tarde o temprano se querían establecer en Cimmeria, quieren que esta tierra permanezca libre y creen que pueden colaborar para que así sea, así que van a hablar con Hanish y como este les dice que al día siguiente la familia a la que piensan matar organiza una orgía, planean hacer la matanza esa misma noche y salir hacia Nippur por la mañana.

Eshunna es famosa por poseer un coro de esclavos digno de oír aunque sea una vez en la vida, y se da la casualidad de que en unos días, ese coro va a actuar en la ciudad; cuando esto ocurre, las grandes familias de Eshunna ofrecen grandes recepciones a las que es costumbre asistir, así que para que no se relacione a Hanish con la muerte de sus adversarios políticos, esa misma tarde envía a sus mushkenus a las grandes casas para anunciar que ese año no podrá asistir a sus respectivas recepciones porque se encontrará de viaje. Hecho esto, se dispone a organizar todo lo necesario para el viaje a Nippur con sus ocho mushkenus; le da armas a Natia para que, junto a Bagrat, se hagan pasar por sus soldados; le da a Erishti varias tablillas de su maravillosa biblioteca para enseñarle a leer y le insta a coger prendas de su fallecida esposa, incluso le sugiere que se cambie delante de él, pues Hanish es bastante lujurioso.

Ya de madrugada sale de casa de Hanish un grupo compuesto por Sharruk, Dost, Bagrat y Natia. Llevan escalas para entrar por la terraza de la parte trasera de la casa, cuando todos duerman. Al subir, en la misma terraza, hay un hombre durmiendo en un diván, y mientras Natia se acerca lentamente y lo apuñala, los otros tres siguen hacia los aposentos de la derecha y allí Bagrat le corta el cuello a una mujer que en ese momento estaba despierta y seguidamente mata al hombre que dormía a su lado. En la habitación contigua, duerme otro de los objetivos con un mushkenu, y son Sharruk y Bagrat de nuevo los que, casi a la vez, acaban con ellos. Mientras tanto, Natia ya se ha encaminado hacia las habitaciones de la izquierda y allí acaba con la única mujer que era objetivo de Hanish. Cuando se dispone a salir de la habitación, oye que los guardias de la entrada comentan que uno de la familia aún no ha llegado, y así, cuando se reúnen, entienden que les falta un objetivo y que no se encuentra en la casa. Rápidamente se dirigen de nuevo hacia la escala de la terraza para pillarlo en pleno regreso. Dost se entretiene un poco cogiendo unas copas de oro y por fin salen todos a la calle. Allí se separan: Bagrat y Sharruk van por arriba y Dost y Natia por abajo, y son estos dos los que ven llegar por el fondo de la calle al hombre que les falta, totalmente ebrio, acompañado por cuatro mushkenus. Dost tensa su arco y da un golpe certero. Los demás aprovechan los momentos de sorpresa para huir corriendo a casa de Hanish, donde descansan un poco antes de que amanezca.

Esa misma noche, Bagrat sueña que Tattannu le agarra del brazo y se lo corta mientras grita “¡Este brazo me pertenece!”. En ese momento despierta y descubre que donde dejó anoche todos sus pertrechos hay un brazalete que cree que es el que llevaba Tattannu. Se levanta y, desnudo como está, asesta con todas sus fuerzas un espadazo al brazalete, que no sufre daño alguno, no así su espada, que tiene una gran mella. Entonces siente que alguien o algo se ríe en su cabeza y en ese momento, arroja el brazalete a la casa de al lado.

Cuando amanece se levantan todos, preparan sus pertenencias y se dirigen al puerto donde toman un barco mientras observan el ajetreo que los asesinatos de anoche en la casa de los Balashi han provocado en la ciudad.

Continuará...



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