Muy buenas, hijos e hijas de la Divina Triada,
El martes 12 de noviembre publiqué en este blog una entrada sobre el primer testeo de Cantar de la Frontera, juego actualmente en desarrollo, y hoy vengo a contaros algo sobre su ambientación, un poco por ver si os interesa. En ese testeo del día 12, realizado en La Tapadera (al que siguió otro el día 23 del mismo mes en el Club Dragom), la ambientación caló bastante a los jugadores; la hallaron original y atractiva, y esto fue para mí tan importante como el propio testeo de las mecánicas Ysystem in the Dark. Si a eso le sumamos las dos partidas que llevé a las Rolea más la de Adrián Jiménez en esas mismas jornadas, que salieron genial, el ánimo termina de subir ya por todo lo alto. Veamos en cualquier caso si a vosotros os mola esto que voy a contar aquí, y si es así (y si no, también), dejadme algún comentario valorativo. ¡Se agradece cualquier opinión!
NOTA: Como la ambientación de Cantar de la Frontera es bastante amplia, incluso densa, dividiré en varias entradas este «primer vistazo» que pretendo darle 😅 Hoy voy a dedicarme solo a aspectos geográficos y políticos y dejo para la próxima lo que quizás tenga más chicha de todo, que es la magia, la cofradía femenina conocida como «Sororidad de la Designación» y las Tres Escuelas de rabíes de Eslea (maestros gestuales que practican una disciplina llamada «manipulación homeomérica»).
Portadilla cutre que he sacado con IA para servir de cubierta al tocho de hojas encuadernadas que ahora mismo constituye la beta del juego |
Al lío: Cantar de la Frontera es un juego de fantasía medieval altoaragonesa/catalana que incorpora elementos de ambientación relativamente dispares entre sí, como la cábala o la magia decidora del estilo de la que se puede ver en la saga Dune. No es, por tanto, un juego de alta fantasía, sino uno que recrea de una manera muy libre y al mismo tiempo muy concreta los primeros tiempos de la mal llamada «Reconquista española». Las influencias de Cantar de la Frontera, además de la citada saga de Frank Herbert, son la propia historia peninsular, juegos de rol como Degenesis, Aquelarre o Leyenda de los Cinco Anillos y hasta relatos tan específicos como Setenta y dos letras, de mi amado Ted Chiang. Hay muchas otras influencias en Cantar de la Frontera, la verdad, pero quizás estas sean las más importante.
El juego se desarrolla en un territorio denominado «La Frontera», un conjunto de valles y hoyas encajadas longitudinalmente entre la cordillera más alta del mundo, conocida como «los Bericios», y un conjunto de sierras levantadas en su flanco meridional, la Cordillera Exterior. Más allá de esta última se extiende el amplísimo y fértil somontano que desciende progresivamente hasta el cauce del inmenso río Suemo y el resto de la gran península de Eslea, en cuyo extremo nororiental se extiende La Frontera. De hecho, tanto La Frontera como los propios Bericios constituyen el istmo que separa a Eslea del resto del continente de Fenolia, donde existe un poderoso y lejano imperio, Keltia, con el que la relación es muy débil e intermitente.
La cuestión es que la práctica totalidad de Eslea lleva mucho tiempo dominada por un valiato que a su vez forma parte de un inmenso califato, el Califato Rashidun. Este valiato, conocido como «Valiato de Ishmeen», fue parcialmente contenido por las gentes de La Frontera en una trascendental batalla (la de la Cueva de Isongo), con las que alcanzó un precario acuerdo: paz y respeto a su integridad territorial por parte de los ishmeeníes a cambio de tributos en bronces y rehenes por parte de los fronterizos. El pacto se cerró hace más de doscientos años y se ha mantenido desde entonces. Con cada otoño, los temidos nuncios de Ishmeen cruzan la Cordillera Exterior y llegan a La Frontera para recoger el tributo anual de 50.000 bronces y 5 rehenes (hijos e hijas de las mejores familias), que se les entrega sin rechistar. Sin embargo, hace más de tres otoños que los nuncios no hacen acto de presencia. Este inquietante misterio ha empujado a los más osados a aventurarse más allá de la Cordillera Exterior, descender hacia el sur y avanzar por el somontano septentrional del río Suemo. Las noticias que traen estas avanzadillas son asombrosas: al menos hasta el gran río, los ishmeeníes parecen haberse evaporado. No hay ni rastro de ellos. Sus caminos, pueblos y ciudades están abandonados; sus campos, incultos; sus prodigiosas norias, sin mantenimiento. No hay rastro de nadie, ni siquiera de los temibles sihales (los gigantes lagartos de monta de los ishmeeníes). Tampoco existe ninguna explicación. Los fronterizos deberían estar contentos, y de hecho algunos labradores audaces y otras gentes de fortuna se aventuran ahora mismo hacia el sur y se convierten en colonos, aprisionando las tierras que son capaces de cultivar, en un movimiento cuyas consecuencias profundas aún no se pueden percibir.
Y, sin embargo, resulta todo tan desasosegante; genera tanta inquietud...
¿Qué ha ocurrido con el valiato al norte del gran río? ¿Es acaso una retirada temporal? ¿Es una epidemia? ¿Un conflicto civil? ¿Una crisis de magnitud asombrosa en el corazón del Califato Rashidun?
¿O es algo a lo que deberían temer más que nadie los propios fronterizos?
¿Qué depara, a fin de cuentas, el futuro?
Este es uno de los grandes misterios de fondo de la ambientación, aunque no el único. Pretendo volver a él (sin desvelar nada, claro) en futuras entradas.
Pero sigamos por el momento con la geografía y la política, que todavía hay un poco de tela que cortar 😉
A nivel estatal, La Frontera no es un territorio políticamente unificado, sino una pentarquía. Cinco condados independientes se reparten el territorio, a menudo rivalizando entre ellos por una y mil cuestiones pero unidos todos por la necesidad que nace de su común aversión al valiato. Cada condado representa un modo de vida y de organización ligeramente diferente, y aunque en todo el territorio se habla el mismo idioma (el «fronterizo»), las diferencias en el habla pueden llegar a ser muy significativas.
Los cinco condados son, de oeste a este:
- Belsierra. Es el condado más rico, famoso por sus mercados bien surtidos y sus ferias de paños y ganado. También es el único que cuenta con un puerto de aguas abiertas, en concreto en su extremo noroccidental, desde el que comercia intermitentemente con Keltia. Aquí la transmisión del apellido y de la herencia es matrilineal, y las condesas de Belsierra son célebres por su astucia y su capacidad para negociar provechosamente. El color del pendón de Belsierra es el verde oscuro.
- Ribera. Es el principal productor de cereal de toda La Frontera y el más extenso de los cinco condados, aunque no el más poblado (mérito que corresponde a Ordiso). También es el único condado que cuenta con unas Cortes dignas de tal nombre, con poder real e integrantes seleccionados por los concejos municipales. La dignidad condal, que es vitalicia, no es heredable, y cuando un conde fallece las Cortes se encargan de elegir a su sucesor (lo cual ha sido fuente de inestablidad en no pocas ocasiones). El color del pendón de Ribera es el blanco.
- Ordiso. Es el condado más militarizado y jerárquico de La Frontera, cuyos condes disfrutan de poder absoluto y todas las prerrogativas inimaginables. Históricamente ha tenido malas relaciones con su vecino, Ribera, y la guerra abierta entre ambos ha estado a punto de estallar en varias ocasiones. Sus tropas se ufanan de no haberse retirado jamás de un campo de batalla, y en la histórica lid de la Cueva de Isongo (aquella en la que los ishmeeníes fueron contenidos), los ordisanos fueron los que soportaron el grueso del combate, sin romper ni una sola de sus líneas. El color del pendón de Ordiso es el rojo.
- Escarra. Al igual que en Ribera, también en Escarra los condes ostentan poco poder, pero en este caso debido a la preponderancia de la aristocracia, lo que hace que se trate del condado más intensamente feudal de todos. Al mismo tiempo, Escarra es el custodio de los conocimientos y saberes de La Frontera en su conjunto, y en su capital, Tebarray, menudean las bibliotecas, las escuelas de Artes Liberales y las academias de Ciencias de los Artífices. En particular, las Tres Torres de Tebarray albergan el Archivo General de La Frontera, que se sustenta con fondos aportados por los cinco condados. El color del pendón de Escarra es el púrpura.
- Tella. El más oriental de los estados de la Pentarquía es también el de menor extensión y, al tiempo, mayor particularismo, pues buena parte de sus habitantes pertenecen a la etnia tamazight. Los tamazight, que se dividen en siete enormes clanes (cada uno bajo la advocación de un animal tomético del desierto del que proceden), son uno de los muchos pueblos sometidos en su día por el Califato Rashidun y utilizado por este como tropa auxiliar en su incontenible expansión. En la batalla de la Cueva de Isongo, los tamazight protagonizaron una desafección histórica cuando traicionaron a los ishmeeníes y ocuparon el flanco izquierdo del ejército de la Pentarquía, en donde las huestes de Tella habían sufrido pérdidas terribles. Esta fue una de las claves de la victoria final de los fronterizos, y todos lo reconocen así. Desde entonces, el pueblo tamazight ocupa buena parte del condado más oriental, en donde la convivencia con el resto de los tellanos es aceptable. El color del pendón de Tella es el turquesa.
En fin, creo que con estas parrafadas basta por hoy. Como ya comenté, volveré en el futuro para meterle mano al aspecto de la ambientación que más suele llamar la atención a aquellos que han probado el juego, que es la magia, en particular todo lo que rodea a la magia nominativa y la Sororidad de la Designación. También espero que en algún momento os podamos enseñar cositas creadas por Adrián Jiménez «Squirrel», a quien tengo medio secuestrado para darle forma y color al mundo de Cantar de la Frontera y con quien espero firmar la autoría del juego en un futuro 💓
¡Nos leemos, fronterizos!
Esta ambientación tiene muy buena pinta. Ahora necesito saber más
ResponderEliminarParece de besito, pero es cierto que reconozco ciertas de las influencias comentadas. A ver si lo pruebo, que es la mejor manera de entenderlo del todo y me terminas de convencer, COMO SIEMPRE, jejejejeje
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