Por fin encontré el momento para llevar a La Tapadera uno de los juegos que más ganas tenía de dirigir: Ratas en las Paredes, el juego de rol de horror cósmico de Kobayashi editado en español por The Hill Press.
Tras el abrumador éxito en la campaña de mecenazgo, Ratas en las Paredes ofreció a los mecenas una cantidad enorme de material. Recuerdo que durante el crowdfunding las metas se fueron desbloqueando a un ritmo espectacular (sin precedente, diría yo). Los resultado finales de esta exitosa campaña fueron: 1385 mecenas y 17 892 € recaudados (ojo, que se partía de la base de 1 400 € para financiar el proyecto). Lo que iba a ser un libro de 80 páginas terminó convirtiéndose en una obra de más de 300, junto a un suculento suplemento: Relatos del antiguo continente. Un exitazo en toda regla, vaya.
Un requisito indispensable en una buena ambientación es que ofrezca buenas aventuras, dicho desde mi modesto punto de vista, claro. Que sí, que está muy bien crear la tuya propia y tal, pero poder tirar de buenos módulos que llevar a tu mesa siempre es una ventaja. Y en este sentido Ratas en las Paredes cumple con creces. El libro básico contiene cuatro aventuras: La extraña legión (Víctor Romero), El chiste del Bufón (Diego Marqués Vega), El fin de los tiempos (Ricard Ibáñez) y La nueva red (Álvaro Loman). El suplemento Relatos del antiguo continente nos trae dos aventuras más: La leyenda de los tres puentes (Jorge Coto Bautista “Tiberio”) y Myasnoy Bor (una campaña de Luis Montejano). A ello debemos sumar El Signo amarillo (Diego Márquez Vega), la aventura de Códice que se ofreció como add-on en la campaña. En fin, que como veis por aventuras no será.
De entre ellas debo confesar que, aun manteniendo todas un muy buen nivel, hubo una que me hizo especial tilín: estoy hablando de El chiste del Bufón, una aventura que me fascinó cuando la leí y que me terminó de enamorar cuando la llevé por primera vez a la mesa. La he dirigido ya tres veces con grupos muy diferentes, y en todas y cada una de las partidas el módulo ha funcionado de maravilla.
El chiste del Bufón tiene un comienzo mágico, capaz de captar rápidamente a los jugadores introduciéndolos de lleno en Down Hills, un pequeño pueblo al norte de Oregón. La aventura se desarrolla en septiembre de 1983 y los jugadores interpretan a niños y niñas de once años.
A veces confluyen ciertas circunstancias que hacen que una partida de rol sea especial, y esta ha sido una de ellas. Los jugadores, el máster y la propia aventura logramos una sinergia cuyo resultado fue una más que gozosa tarde de juego. En un petit comité poco común en las tardes de los viernes en la Tapadera, Jesús, Patri y Rodrigo interpretaron espléndidamente a tres críos cuya verdadera fuerza residía en su trasfondo. Cuando los PJ no son planos y tienen un pasado tras de sí, las cosas cambian, ¡bueno que si cambian! Este es precisamente uno de los puntos fuertes de El chiste del Bufón: los PJ. Solo con sus trasfondos se podría jugar una partida estupenda, no me cabe duda. Pero si además, acompañamos a estos de una trama potente, original y atractiva, el resultado no puede ser otro que una buena aventura.
Mención aparte está el sistema de juego de Ratas en las Paredes. Este tema dio para un largo debate tras la partida en el seno de La Tapadera. ¿Es un buen sistema? ¿No lo es? ¿Su sencillez juega en su contra o ese es precisamente su punto fuerte? Como no es mi intención reavivar dicho debate solo diré que, en las tres veces que he dirigido esta aventura y siendo el único módulo de Ratas que he dirigido, el sistema ha permanecido siempre en un segundo plano y, aunque en varios momentos ha sido determinante en el desarrollo de los acontecimientos, ha favorecido la inmersión de los jugadores en la aventura. Pero claro, esta es una opinión muy personal basándome en mis sensaciones tras la pantalla.
Para finalizar aprovecho esta entrada para dejar algún material que elaboré y que podría interesar a aquellos que quieran llevar a su mesa de juego esta magnífica aventura. Se trata de las fichas de los cuatro PJ pregenerados que ofrece el módulo más un PJ extra. Este último lo usé en una mesa de cinco jugadores. Espero que os puedan servir de ayuda.
Hoja de PJ de Lorraine Bauer, hermana pequeña de Tom Bauer. En principio, la aventura la presenta como PNJ, pero funciona muy bien como PJ si queréis adaptar el módulo a cinco jugadores. |
Antes de comenzar la partida, pequeña introducción a la ambientación (pero muy pequeña, cuanto menos sepan mejor) y un repasito al sistema. Creo que en cinco minutos nos ventilamos esta parte |
Aquí presentando a Tom Bauer, el PJ que finalmente interpretaría Rodrigo. |
Qué importante es el trasfondo de los PJ en esta aventura. Antes de empezar hay que dejar unos minutitos para que los jugadores se empapen un poquitín del pasado de los críos que van a interpretar |
Reímos y lloramos. Nunca mejor dicho |
Pues no recuerdo muy bien si aquí estaba describiendo algo muy pequeño, o es que mi mano se dirigía hacia la bolsa de patatas. Nunca lo sabremos |
Hoja de PJ de Mark Saw (Jesús) junto a una de las tarjetas de ayuda para los jugadores que se ofrecían junto a la pantalla en otro de los add-on del mecenazgo |
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ResponderEliminarvieducheasign