¡Aloha, tapaderos! Tapaderers, tapaderistas… No tengo claro el término con el que os identificáis las buenas gentes que soléis pasar por aquí; después de todo, soy nuevo 😅
Mi nombre es Jorge Serrano y es un orgullo traer este pequeño artículo a este gran blog, una suerte de crónica de mi primer paso por las emblemáticas jornadas benéficas Ludo Ergo Sum (LES de aquí en adelante), que han vuelto tras el parón covidiano (¿covidiense?, ¿covídico?... ¡qué demonios sabré yo!) con la promesa de ser un nuevo éxito en cuanto a encuentro de jugones y recaudación a favor del Banco de Alimentos de Madrid.
Corre ya septiembre del año 2022 cuando Ignacio y un servidor nos convencemos mutuamente de acudir a las mencionadas jornadas en la capital del reino, compartir gastos de transporte y, dada nuestra común ascendencia mesetaria, pegarnos un pedazo de finde rolero a coste reducido.
Conseguimos entre los dos presentar cinco partidas que dirigir, a pesar de lo tardío de la inscripción... cinco partidas como cinco soles de Ysystem -el sistema genérico de Walhalla Ediciones, la editorial de la que Ignacio forma parte-. En su caso, las partidas fueron Días aciagos, La Presa (sobre cuyo testeo en el Club Dragom -del que tanto Ignacio como yo formamos parte- podéis leer aquí) y La ira de los cándidos; en mi caso, Las apariencias engañan (una adaptación de Ignacio de esta partida de sLang a Ysystem sobre la que podéis leer más aquí) y Última función, aventura que se encuentra disponible para descargar de forma gratuita en la web de la editorial).
DIA 1. Llegada a las LES.
Son las 20.30 de la noche cuando la expedición jerezana consigue llegar al polideportivo de Aluche, barrio donde se celebran las LES, tras un viaje bastante animado -especialmente para mí, que voy de copiloto-. Contra todo pronóstico, somos capaces de recoger las identificaciones y acceder al recinto a dar una pequeña vuelta por los stands de tiendas y editoriales y saludar a algunos conocidos. Sin tiempo para mucho más, nos reunimos con Mirella (@friki_mami) y Dani (@darofar), ambos RolerosNoRepresentativos, con quienes hemos quedado para cenar. Ignacio, aluchense de nacimiento (¿aluchano?, ¿luchitano?... ¡que alguien me traiga un diccionario!), nos descubre el fascinante corredor conocido como “Paseo marítimo de Aluche”, una enorme avenida poblada de bares a cada cual más castizo. Y de castizas maneras cenamos algunas raciones cuya descripción omitiré, en un bar infame que no pienso recomendar pero que no nos impide pasar un buen rato de disquisiciones roleras y acumular un par de anécdotas simpáticas, como el “cabrón” que el camarero le suelta al bueno de Darofar sin venir mucho a cuento. Tras una última jarra de cerveza helada -aquí no hay fallo-, cada mochuelo se retira a su olivo. Un arranque mucho mejor de lo previsto, teniendo en cuenta que yo daba el día por perdido al vernos obligados a llegar tan tarde.
DIA 2. Clímax rolero.
El sábado es el día grande, el único día que vamos a poder disfrutar al completo de todas las jornadas. A las 9.30 accedemos al recinto a preparar unas partidas que comenzarán a las 10.30. Ambas partidas se llenan, ¡genial! y tenemos la suerte de contar con jugadores magníficos en las dos mesas... de los que no recuerdo un solo nombre porque soy un desastre. A pesar de ello, ¡gracias por contribuir a que saliera todo rodado!
Dirigir en pabellones masificados de este tipo supone un handicap importante -problemas para escuchar, dificultades para hablar, distracciones variopintas... y de poner música ni hablamos-; no obstante, la separación de las mesas es lo suficientemente grande como para permitir que no nos entorpezcamos demasiado. Sin menospreciar el inevitable pero molesto murmullo general, a mi mesa no llegan sonidos directos de otras partidas y, tras este primer tramo de jornadas, durante el resto de días no tendré ningún problema en este aspecto.
Las partidas terminan contrarreloj dada la necesaria rigidez de horarios, y ahora toca resarcirse del fiasco de la noche anterior durante la comida. Ignacio cambia de tercio y, junto a Luis Tovar (autor de Vidas Cruzadas, a quien tuve el placer de conocer en estas LES), me lleva a un Aluche distinto, en donde disfrutamos de una magnífica comida peruana. Aprovecho para dar las gracias a Luis, quien me hace el favor durante la mañana de jugar en mi mesa para cubrir una baja de última hora metiéndose en el papel de Loco, personaje que conoce bien pues ha dirigido la aventura en un par de ocasiones.
Tras la opípara comida, tengo una decisión difícil que tomar, ¿rol o no rol? Tengo la tarde del sábado libre mientras Ignacio dirige Días Aciagos. Lo cierto es que no estoy muy seguro de poder pillar plaza en lo que de verdad me interesa, y hay ofertas atractivas en otras zonas que me llaman mucho (porque no solo del rol vive el friki, amigos, y las LES son unas jornadas polivalentes).
Sin embargo, y para mi sorpresa, consigo pillar plaza en la partida de Roberto Alhambra, una demo de Profecías, juego del que había oído hablar mucho y bien y tengo muchas ganas de probar. Todo lo que me había llegado se demostraría cierto: el juego es una suerte de storytelling muy temático. La profecía concreta que jugamos fue Macbeth. Podéis imaginar cómo acaba el tema... En mi opinión, la forma en la que el juego encuadra las escenas -de forma específica para cada profecía- hace que cada una de estas tenga el tema muy marcado, algo que en otros juegos se suele dejar al buen hacer de la mesa. Además, Profecías está diseñado de forma que tu lado ludista te conduce a incorporar a tus escenas elementos que tú u otros jugadores han señalado anteriormente como interesantes. En definitiva, un juego que quiero volver a probar y que espero tener entre mis manos algún día.
Acaba la jornada con muy buen sabor de boca y, sin tener ganas de hacer la cola necesaria para acceder al mercadillo solidario (plagado de material por lo que, envidiosos desde el exterior, podemos ver) nos retiramos cada uno por su lado a disfrutar la noche madrileña a nuestro aire.
P.D.: Importante es mencionar que consigo comprar la que será mi única adquisición en las LES -a pesar de la enorme cantidad de tentaciones-: este Arsenic Lies que vende Mirella y del que nos había estado hablando durante la cena del viernes, una baraja de cartas para jugar roles vivos reutilizable. En palabras de Mirella, “Agatha Christie meets Downtown Abbey”.
DIA 3. Epílogo.
“Todo lo bueno se acaba”, me digo mientras dirijo por última vez mis pasos hacia la mesa 81, donde conduciré mi última partida de las LES. El camino de vuelta a la patria chica es largo y no podremos quedarnos por la tarde, pero Última Función es una gran partida y tengo muchas ganas de dirigir. Tanto mi partida como la de Ignacio vuelven a llenarse sin problemas, aunque en esta ocasión tenemos que pisar bastante al acelerador para poder terminar a tiempo. Ignacio dirige La Presa y por desgracia no puede terminar del todo (es una partida larga; en las 8 horas que le dedicamos al probarla en el Club Dragom echamos de menos al menos otras 2), y aunque yo sí pude terminar la mía, que es una aventura mucho más acotada, tengo que despedirme de los jugadores deprisa y corriendo. Aún así, en ambos casos todos quedan muy contentos tanto con el sistema como con las aventuras (espero que también con los directores 😉). De nuevo, no logro recordar ningún nombre, pero sí sé que al menos había dos andaluces con los que espero volver a cruzar dados en otra ocasión.
Antes de partir toca de nuevo llenar el buche. No lejos del peruano de ayer nos arriesgamos a probar suerte en un mejicano que tiene todas sus mesas desocupadas. La suerte sonríe a los valientes y conseguimos rematar el viaje con una comida contundente y muy sabrosa que yo, de nuevo infame copiloto, riego con dos Pacífico.
Y se acabó; se acabaron mis primeras LES. Un auténtico placer haber podido disfrutarlas en buena compañía, haber podido desvirtualizar algunas caras y haber vuelto a la experiencia de dirigir en jornadas tras las D20 Quest de Málaga. Agradecimiento infinito a la organización, los gentiles camiseta naranja, siempre atentos al detalle, por el currazo tremendo que sé que supone organizar un evento de estas características.
Próxima parada: IberoRol, organizadas por los buenos amigos de MalagaQuest este mismo mes de octubre.
¡Hasta entonces!