viernes, 25 de octubre de 2019

Emod y los suyos juegan Republic Commando (rabiosa actualidad)

Hola, muy buenas,

Este domingo pasado terminamos de jugar Republic Commando (la iniciamos el fin de semana anterior), aventura creada por Ignacio Sánchez Aranda para IMSERSO to the limit. Este escenario fue desbloqueado durante el mecenazgo del juego y se podrá disfrutar de la mano del propio Ignacio en las próximas jornadas Rolea.

No podía dejar pasar la ocasión de arbitrarlo, ya que el tema de la exhumación de Franco ha vuelto a estar de rabiosa actualidad en las últimas semanas. Así que preparé unas fichas para la ocasión al estilo carné del jubilado, pedí a los jugadores que se hicieran con algún pastillero y compramos chuches con forma de cápsula o pastilla para usarlas como  yayopoints.

La aventura incluye seis PJ pregenerados casi al completo, a falta de repartir dados en habilidades y poco más, así que completamos juntos las fichas muy fácilmente antes de empezar a jugar. El autor da una serie de consejos para no descuidar algunas habilidades que pueden ser de utilidad, consejos que mis jugadores se pasaron por el forro, lo que complicó un poco más una aventura que de por sí no es sencilla. Nada es sencillo para un jubilado.

La introducción es la caña; resulta muy agradecida a poco que uno se la curre. Solo diré que todos los PJ se reúnen por un motivo, lo que les lleva a tomar una decisión normalmente conjunta. Ignacio contempla soluciones a varias de las decisiones que puede tomar el grupo en este momento clave de la historia, y por supuesto mis jugadores tomaron otra bien distinta y mucho más larga. Esto es lo bueno (para mí) que tiene IMSERSO: le das abueletes a un grupo al que le gusta rolear y te pueden convertir un one-shot en una campaña. 

No entraré en más detalles para no hacer spoiler. La aventura es puro cachondeo, nos lo pasamos genial, tiene puntos muy buenos y un despiporre de final que quedó redondo por casualidades de la vida.

Sin contar el tiempo que invertimos en las fichas (que es un rato), la partida duró cuatro horas. Pero como he escrito antes, hay que tener cuidado con los abueletes peleones, porque nunca se sabe qué caminos pueden tomar.



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