El otro día testeamos El acorazado Petete, aventura de un servidor para Paranoia. Todos los que conozcan el juego intuirán que en realidad no pudimos jugar prácticamente nada de la absurda "trama" que tenía preparada, porque Paranoia es así. Me lo pasé pipa, aunque parece que a no toda la mesa le entusiasmó el juego. Es muy particular, lo sé, pero tiene un gusto especial: me encanta. Además, creo recordar que ninguno de los jugadores había jugado antes a este clásico del rol.
Pude utilizar parte de la técnica que Daniel Cervantes emplea en sus partidas de Paranoia, la cual lo engrandece aún más. ¡Mil gracias, Dani!
Pronto pondré la aventura completa en libre descarga en este blog. ;)
Pero por el momento, tres fotos y hasta pronto!
¡Sed felices, que el Ordenador lo manda! ;)
Partida total y absolutamente absurda, tal como manda el Ordenador. Me lo pasé genial, aunque me habría gustado romper aún más cosas. ¡Espero que coincidamos de nuevo pronto!
ResponderEliminarJajajajajaja, qué bueno! Todo muy absurdo, como se supone que debe ser. A ver si es verdad y vamos programando con Mr. Antonio Lozano una nueva aventura! Un abrazo!
Eliminar¡Sí! Aunque espero que sea a otro juego, aún me duele la espalda de postrarme ante el Ordenador, jajajaja.
EliminarJajajaja desde luego! Lo de ir rompiendo cosas como si nada fue grandioso!!! 😄 Muchas gracias por comentar a los dos! Un abrazo y espero compartir mesa pronto de nuevo! 😄
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