jueves, 17 de enero de 2019

Octava sesión de Los Harapos del Rey (acción, canguelo y experimento de metajuego)

Muy buenas, sectarios,

Octava sesión ya de Los Harapos del Rey en La Tapadera Wednesday Nights. Enfilamos la recta final de la primera mitad de la campaña con una partida que ha tenido de todo: acción, suspense, investigación, cague supremo y hasta un experimento de metajuego -llamémoslo así-, que quise forzar por ver cómo se las apañaba nuestro querido Guardián, Jorge Carrero (y se las apañó estupendamente).

Resulta que en un momento dado del final de la sesión anterior mi investigador tuvo la oportunidad de ver su propia muerte, es decir, de poder verla o no según su elección. Como jugador, yo decidí sin duda hacerlo. ¿Por qué? Pues para convertir a mi alienista Gilbert Marsh en alguien que, sabiendo el lugar y el momento de su muerte, pudiera hacer cábalas acerca de su destino y acerca de la invulnerabilidad. En otras palabras: quería experimentar el modo en el que un investigador cambiaría lógicamente su comportamiento desde el instante en el que supiese cómo y dónde iba a fallecer, pues trataría de evitar encontrarse en ese lugar en el que habría visto su fin, y al mismo tiempo sabría con certeza que no iba a morir en cualquier otra situación, por peligrosa y amenazante que pareciese... ¿O no? Un investigador así podría incluso sentir la tentación de tirarse por un precipicio, solo para comprobar que no puede morir de esa manera, y en fin, me parece una situación especialmente complicada de manejar para cualquier Guardián. ¿Cómo no estirar este chicle argumental? ¡No lo podía dejar pasar!

No obstante, Jorge manejó el asunto con maestría, y por supuesto que yo no quise explorar los límites últimos y absurdos de la situación (en el sentido del precipicio, por ejemplo). Mi objetivo siempre fue hacer avanzar la acción y colaborar con la historia y, la verdad, creo que lo logramos y que las escenas derivadas de este metajuego irresistible fueron sensacionales (para empezar, la de mis tres compañeros registrando cierta casa en la que yo intuía que no debía entrar... ). En resumen: una sesión muy muy especial de la que salimos encantados. Y no, Gilbert Marsh aún no ha encontrado la muerte, aunque me temo que es ahora la muerte la que lo busca a él y a sus compañeros...

Por último, sabed que en la partida de ayer aprovechamos para entregar a Antonio Lozano sus regalitos de cumpleaños, que gracias al impecable servicio de Tesoros de La Marca llegaron con una puntualidad más que británica. En esta ocasión le ha caído a Antoine un excelente pack cthulhuideo compuesto por Mentiras Eternas y la pantalla + resumen de reglas Gumshoe de El Rastro de Cthulhu. Regalazo, ¿no???

Sin más, os dejo las foticos de rigor.
¡Nos leemos!


"Mis tesooooooooros... "

Fú, qué mal lo pasamos en el canal que se ve ahí abajo

Alucinando con la cartita esta. Nos dejó el culo realmente torcido.

Sesionaca y buen mood

He aquí una suiza de pura cepa

Decisiones difíciles...

"Veamos cuál es la hostia más gorda que puedo meter con este bicharraco"

"A ver cómo se las apaña el máster... "

Disparando NO al objetivo (no acertó ni uno la Patri)

Duréndez, Jesús Duréndez (agitado, no batido, por favor)

2 comentarios:

  1. Jajajaja, qué historia mas retorcida y de las que nos gusta sin duda provocar y vivir... virtualmente evidentemente. Chapó a Gilbert Marsh y al Gardian!

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